Volver a empezar

Demasiadas horas para una Comisión de Investigación que no ha aclarado nada sobre la supuesta trama ni sobre el matrimonio entre tránsfugas/traidores y empresarios inmobiliarios para impedir que “el decente” Simancas tomara las riendas de la Comunidad de Madrid, gracias a los resultados electorales de la izquierda obtenidos el pasado 25 de mayo. PSOE e IU obtuvieron un escaño más que el PP de Esperanza Aguirre.
Lo que sí se pudo conocer siguiendo las sesiones de la Comisión Investigadora, además de que los portavoces Nolla (PSOE), Beteta (PP) y Suárez (IU) no se movieron ni un milímetro de sus tesis iniciales, es que socialistas y populares militan en formaciones donde la democracia interna brilla por su ausencia. Era impensable imaginar que el secretario general del primer partido político en la región madrileña estuviese a sueldo del dueño de una fotocopiadora, hasta que supimos que Ricardo Romero de Tejada recibía un cheque todos los meses de los hermanos Sánchez Lázaro. Dejando a un lado la premeditada amnesia del alto dirigente de la derecha madrileña a la hora de relacionar la empresa de fotocopias con el pagador de sus salarios, parece indecente que los políticos estén a sueldo de altruistas señores del dinero. Hemos conocido que en el PP tienen un follón interno del que mejor no hablar. La Comisión de Investigación también nos sirvió para comprobar que la FSM no es la casa del amor, de la unidad y de la fraternidad; que los clanes funcionan y no sólo para actuar políticamente, y que las relaciones del esposo de Ruth Porta, mano derecha de Rafael Simancas, con los ayuntamientos del PSOE, tienen más ladrillos que el muro de la vergüenza que separó durante tantos años las dos Alemanias.
Nos enteramos de las vergüenzas de las dos grandes formaciones políticas y de poco más, porque por no haber no ha habido ni resolución sobre lo investigado. Es impresentable que Tamayo y Sáez provocaran la repetición de los comicios, pero también lo es que la FSM no haya asumido, a día de hoy, todavía ninguna responsabilidad por lo sucedido.