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Gómez, todo o nada

Para el “nuevo socialismo madrileño” y para quien lo encarna, Tomás Gómez, era casi imposible no apuntarse un tanto, aunque sea “haciendo trampas en el solitario” (Cepeda, sic), pues los resultados del PSOE en la región vuelven a incidir en el hecho de que los populares continúan ganando terreno, incluso, en los históricos caladeros del Partido Socialista, en concreto en el llamado en su día “cinturón rojo” de Madrid (50.000 votos menos que en el 2004).

Partiendo como partía el secretario general del PSM de una situación de mínimos como la que se dibujó para su partido tras las pasadas elecciones municipales y autonómicas de mayo, era inevitable que Gómez intentara “facturar” en su haber de líder los siete puntos que el PSOE ha remontado respecto a los comicios de 2007. Sin embargo, la realidad, observados los votos obtenidos con la perspectiva de hace cuatro años, es que los socialistas madrileños no han logrado el 9-M rentabilizar tan siquiera la debacle de IU, perdiendo en Madrid un escaño respecto a las anteriores generales, y evidenciando una vez más su incapacidad para impedir que el partido de Esperanza Aguirre continúe debilitando su poder municipal.

Los afectados por esta lenta pero inexorable sangría, los alcaldes, han cerrado filas con Gómez, al menos por el momento, aunque las procesiones, que haberlas haylas, van por dentro y pueden no tardando mucho aflorar. Por no entenderse, no se entiende que el secretario general viva sólo cara a afianzarse en el partido, y más concreto con el aparato de Ferraz y Zapatero, eludiendo, salvo los pequeños escarceos para medirse con Aguirre tras su nombramiento, una proyección pública en la que vaya marcando los ejes y propuestas de su política en la Comunidad de Madrid.

No se comprenden tampoco el por qué el líder del PSM ha hecho dejación de su calidad de jefe de filas de Madrid, poniendo la agenda de la campaña exclusivamente en manos de Ferraz, que dicho sea de paso se olvidó que presentaba candidatura al Senado, donde los socialistas han perdido también un senador. (el candidato a la Cámara Alta, Enrique Cascallana, tuvo que agenciárselas sólo para dar a conocer su candidatura).

Parece también que el Federal ha quedado un tanto decepcionado con el “efecto” electoral de quien en el 2007 fue el alcalde más votado de España. No digamos ya en el PSM, donde no son pocos los que creen llegado el momento de pasarle facturas, sobre todo en las muchas cuentas pendientes que se han acumulado en sus pocos meses de mandato en el grupo parlamentario de la Asamblea de Madrid.

Por no hablar de los simanquistas, que habrían comenzado a moverse para descabalgar al alcalde de Parla de la dirección. Su descontento queda evidenciado con la falta de sintonía, simplemente no se dirigen la palabra, entre Gómez y el hombre de Simancas en la cúpula del PSM, Francisco Pérez, a quien al parecer se le habría mandado al ostracismo pese a ser el director de la campaña en Madrid.

La situación de Gómez se vislumbra, por tanto, inestable y de hecho comienzan a aflorar candidatos a la sucesión, el más consistente un José Ricardo Martínez, secretario general de UGT, que es visto con buenos ojos por Ferraz. (También David Lucas, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, es un pupilo aventajado del Federal), aspirante también es Oscar Iglesias, además de un alcalde que ha comenzado a dejar caer su disponibilidad para el cargo.

Una realidad que hace que el líder del PSM necesite con urgencia el apoyo explícito de Zapatero y adquirir una proyección nacional de la que ahora carece. Para ello, sólo hay un camino, ponerle al frente de un ministerio.
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