Nino Olmeda
Gallardón toma el Faro de la Moncloa
Las elecciones han decidido que el todavía presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, sea el nuevo alcalde de la capital

Partía con no muy buenos augurios, debido a que todos esperaban que los madrileños le pasasen factura por las últimas actuaciones del Gobierno nacional en relación con el chapapote y el Prestige y la guerra de Irak.
Superó todas las previsiones y se llevó más del 51% de los apoyos. Con 30 concejales alcanzó unas cotas inimaginables para el PP en el Ayuntamiento de Madrid. Gallardón, que fue la apuesta personal de Aznar, tuvo enfrente a Trinidad Jiménez, apuesta personal de Rodríguez Zapatero. Los dos líderes nacionales del PSOE y del PP convirtieron la contienda electoral en una primarias y el Ayuntamiento de Madrid en el cuadrilátero de sus combates. Aznar colocó a su púgil ganador y Zapatero equivocó la decisión. Gallardón, sabedor de que sería el elegido por los madrileños, mandó a Zapatero la misma noche electoral varios mensajes, todos en el mismo sentido: el primer asalto tiene un noqueado. El futuro alcalde se ha hecho con el control absoluto del Consistorio, que incluye, como no, el Faro de la Moncloa. Avanza poco a poco y no olvida ni su objetivo final ni a los que le están ayudando. Por esta razón repite constantemente que el triunfo arrollador no se debe sólo a él sino al apoyo claro de Aznar. Tiene preparado casi todo para poner en marcha su proyecto de ciudad. Llenará de pesos pesados el Consistorio. El presidente regional del PP y aznarista convencido, Pío García Escudero, se encargará del urbanismo y las infraestructuras; la esposa del presidente de España, Ana Botella, pondrá en marcha su diseño de servicios sociales y empleo; el todavía consejero de Presidencia, Manuel Cobo, será de facto el número dos, y el actual concejal Sigfrido Herráez, desarrollará los planes de vivienda. Junto al desarrollo de su programa electoral, pondrá un exquisito cuidado en no despegarse mucho de los alrededores de los aspirantes a suceder a Aznar y recurrirá al Faro de la Moncloa para vigilar lo que se cuece en las dependencias del presidente del Ejecutivo estatal.
Dentro de la FSM muchos se preguntan si mereció la pena invertir tantos esfuerzos, presupuestos y eslóganes para sacar unos resultados inferiores al que fue, según los mismos que izaron a Jiménez, un mal candidato, refiriendose al ex ministro de Exteriores del primer gobierno de Felipe González. No obstante, es necesario reconocer que la elegida para reconquistar Madrid para el PSOE ha dejado claro que seguirá en su puesto, que hará oposición como si gobernara y que estará en contacto permanente con el próximo presidente de la Comunidad de Madrid.