Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La semana pasada, durante la inauguración del salón inmobiliario ExpoVivienda Cántabra, el presidente del Gobierno regional, Miguel Ángel Revilla, trató de insuflar ánimo a los promotores inmobiliarios. Trató de contagiarles de la impresión que él tenía de que, con las medidas aprobadas de inyectar capital a las entidades financieras, se recuperaría el crédito a familias y empresas y esto se traduciría, a su vez, en un empujón para el sector inmobiliario.
Además, estaba convencido de que vivíamos una situación transitoria. Es importante que exista optimismo y que los gobernantes traten de transmitirlo de forma acertada y veraz, pero lo es más que esas medidas anunciadas por el presidente del Gobierno pasen a ser efectivas. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero debe poner ya en marcha esa inyección de capital, pero debe poner también los medios y controles necesarios para que ese dinero llegue a quién se pretende y se produzcan los efectos precisos.
De nada valen anuncios grandilocuentes si luego se quedan en nada o se producen cuando la situación ya no se puede remediar. Es más, es importante que se realicen con un consenso total entre el Gobierno y el principal partido de la oposición puesto que también ayudaría de manera importante de cara al factor psicológico y de transmitir confianza a los ciudadanos. Además de la crisis financiera, una parte de la crisis general se debe también a la desconfianza que se ha transmitido durante meses.
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