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LA SORPRESA DEL ROSCON

Oscar Alcaide

El roscón de Reyes que nos comeremos este año traerá una curiosa sorpresa para los agentes del sector. Para entonces, en apenas un par de semanas, ya estará en vigor la nueva ley anti-fraude aprobada por el Gobierno en Consejo de Ministros junto a la reforma del IRPF y del Impuesto de Sociedades. Los expertos aseguran que supone un endurecimiento de las condiciones necesarias para llevar a cabo operaciones en el sector, por lo que los empresarios tendrán que recurrir a grandes dosis de imaginación, para poder mantener intactos sus márgenes de rentabilidad.
Es evidente que gran parte de las medidas aprobadas tienen su origen en la persecución de prácticas ilicitas e irresponsables, de elusión fiscal. Así habrá un nuevo tratamiento para las inversiones en inmuebles desde paraísos fiscales y normas que incentiven la obtención de información de las operaciones que se realicen. Sin embargo, la modificación del artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores, que obliga a pagar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) en todas las ventas de sociedades en las que la mayoría de sus activos sean inmuebles, supone un revés para el mercado, ya que casi todos los supuestos de transmisión de sociedades quedan reflejados en el nuevo marco normativo. Esto hace muy difícil eludir el pago del 7% del ITP en cualquier operación corporativa.
Teniendo esta premisa en cuenta, no es descabellado pensar que este motivo se haya sumado a la atomización en el sector a la hora de justificar la alocada carrera por crecer a base de compras que han protagonizado en los últimos meses las compañías inmobiliarias nacionales. Otra de las reformas, la desaparición del régimen de sociedades patrimoniales, utilizado sobre todo para la gestión de activos inmobiliarios, supondrá la eliminación de ciertas exenciones fiscales que tampoco ayudarán a los empresarios del sector en su esfuerzo cotidiano por conseguir los máximos rendimientos de sus activos. Pero no se aflijan. Al fin y al cabo no debemos olvidar aquello de "Hacienda somos todos", así que, de algún modo y con mucha fé, todos saldremos beneficiados.
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