A LA RICA ADQUISICIÓN
Oscar Alcaide
En un ejercicio como este en el que la Bolsa española lleva encadenando varios máximos históricos en apenas unos meses, casi no deberíamos sorprendernos ante el hecho de que el valor de las fusiones y adquisiciones llevadas a cabo a lo largo del año superen todos los umbrales conocidos hasta el momento.
La mareante cifra de 2,4 billones de euros registrada por las ofertas que han presentado compañías en todo el planeta supera incluso el nivel alcanzado en el ejercicio 2000, en el momento más álgido de la burbuja tecnológica. Los analistas se apresuran a aventurar dos años más de bonanza para las fusiones y adquisiciones, puesto que las condiciones para que se produzcan este tipo de movimientos son "casi perfectas".
La economía europea tiene mucho que ver con la evolución positiva de esta tendencia. En el Viejo Continente se detectan cuatro de cada diez opas lanzadas en todo el planeta, lo que supone el 47% del total. A pesar de la intensa actividad de constructoras e inmobiliarias en el mercado doméstico, en el panorama internacional vuelve a ser el sector financiero el que se muestra más activo en lo que respecta a los movimientos corporativos, seguido de cerca por el segmento de telecomunicaciones. Claro que estos datos son todavía aproximados, puesto que aún no ha terminado el ejercicio. Las compañías del sector todavía tienen unas semanas para arrebatarles a los bancos los primeros puestos.
Un último dato para la reflexión. Mal que nos pese a aquellos que todavía pecamos de utópicos, esta claro que la amabilildad y los buenos negocios no son términos compatibles. La hostilidad de las ofertas planteadas se ha visto también incrementada, nada menos que en un 60%.