Inmobiliaria Ayuntamiento S.L.

Para darnos cuenta de la cantidad de dinero que se mueve en el sector inmobiliario, sólo hay que hacer una comparativa con los presupuestos que manejan algunas instituciones. Por poner un ejemplo, el Ayuntamiento de Barcelona recaudó el pasado año menos dinero del que percibirá Manuel Jove por la venta de Fadesa. El total de la operación se ha cerrado por algo más de 4.045 millones de euros, de los cuales unos 2.200 corresponden a la participación en manos de Jove. La segunda ciudad más grande de España recaudó el pasado año algo más de 1.935 millones de euros, según los datos aparecidos en el documento referente a los Presupuestos Generales de 2006.
De manera que las empresas inmobiliarias parecen contar con más dinero que prácticamente cualquier Ayuntamiento del país. Esto no supondría ningún problema, si no fuera porque, precisamente, las inmobiliarias y los ayuntamientos son los principales actores del comercio del suelo en este país. Y si no fuera porque, en todas estas gestiones, han aparecido casos de corrupción en casi todtas las provincias españolas.
La pasada semana, durante un encuentro en el extranjero con directivos de una gran empresa inmobiliaria, me sentí tentado de preguntar cuándo se iban a decidir, finalmente, a comprar un país o una región entera, ya que hablando de inversión en el exterior ese parecía el paso siguiente a sus actuales labores.
Creo que en España, es posible que los empresarios hayan cedido a estas tentaciones en varios municipios, a juzgar por el trabajo que están teniendo últimamente los tribunales, en lo tocante al urbanismo. Oyéndoles hablar sobre las posibles soluciones al problema de la vivienda en España, parece que la mejor sería dejar la gestión del suelo en sus manos, para que, teniendo en cuenta la responsabilidad social con la que suelen manejarse, nos den un arreglo satisfactorio a cualquier dificultad. ¿Por qué no? Total, ya lo hemos probado todo. Otra opción sería elegirlos directamente como los gestores municipales. En Marbella hicieron eso, pero los jueces son tan poco comprensivos. Yo creo que es envidia.