Las Ventas, una ruina
La Plaza de Toros de Las Ventas está cayendo en una crisis económica sin precedentes debido, en primer lugar, a la falta de figuras del toreo y a la decadencia de las ganaderías.
La nueva concesionaria, Taurovent, pederá esta temporada entre 300 y 500 millones de las antiguas pesetas, según los expertos, que dudan de que este año haya habido un mayor aforo en la Plaza, como afirman Fidel San Román y Ramón Calderón, principales responsables de Taurovent, junto con Martínez Uranga, “Choperita”.
Este parece cada vez más alejado de la responsabilidad de organizar los festejos taurinos y sus socios le recriminan el hecho de pasar facturas millonarias a la empresa por sus estancias en una suite del Hotel Wellington.
Los críticos taurinos afirman que Taurovent ha inclumplido varios de los pliegos de condiciones de la plaza, como la obligación de hacer publicidad de las corridas que allí se celebren, la falta de figuras fuera de las fechas de San Isidro y el compomiso de ofertar treinta tentaderos a los chavales de la Escuela de Toros de Madrid.
San Román y Calderón se quejan de la imposibilidad de modernizar Las Ventas, debido a su consideración de monumento histórico artístico, al estilo de la remodelación que Florentino Pérez ha conseguido hacer en el Bernabéu. La venta de los incómodos palcos de la plaza de toros a grandes empresas, al estilo de lo que se hace ya en los campos de fútbol con los palcos, ha tenido un éxito relativo porque ni se pueden cerrar del todo, ni se pueden poner unos asientos más cómodos, con lo cual la diferencia entre los que sientan en sus andanadas normales y los que lo hacen en esos palcos privados, es mínima, salvo el “tentenpié” y la bebida que se da a los invitados.
Fidel San Román, que es, además de un importante constructor madrileño, un conocido ganadero, tenía mucha ilusión por quedarse con la gestión de la primera plaza de toros del mundo, pero nunca pudo sospechar que le fuera a costar tanto dinero.