ACS y Ferrovial, alianza por la M-30
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El concurso para lograr la gestión y la privatización parcial de la M-30 ha traido sorpresas. Las dos grandes de la construcción, ACS y Ferrovial, se han aliado en el último momento para tener más posibilidades. Mientras, OHL, que ultimaba acuerdos con otros socios, no se ha presentado.
El socio privado del Ayuntamiento en Madrid Calle 30, la sociedad creada para financiar la reforma de la circunvalación M-30, será una de las grandes. Así lo quería desde el principio el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Tras finalizar ayer el plazo para presentar ofertas se abre la puja para hacerse con el 20% de la sociedad y con la gestión de la vía durante 35 años a cambio de un canon. Parten con ventaja la dos primeras constructoras del país, la presidida por Florentino Pérez, ACS, y la controlada por la familia Del Pino, Ferrovial.
A última hora decidieron presentarse en un consorcio al 50%, lo que ha sorprendido en el sector. Ferrovial acude con su filial Ferrovial Servicios y ACS con Dragados y su filial de conservación de carreteras API.
El caso es que aliadas tienen más posibilidades. Por un lado, Ferrovial es la actual gestora de la M-30 en virtud de un contrato previo con el Ministerio de Fomento, antes de que cediese el control de la autovía al Gobierno local. Aunque no tiene nada que ver con el que ahora plantea Ruiz-Gallardón -la primera iniciativa público-privada de este tipo-, el grupo atesora ya la experiencia de gestionar esta peculiar vía urbana. Por el otro el grupo que preside Florentino Pérez tiene fuerte presencia en obras licitadas por el ayuntamiento.
Su rival FCC, tercera constructora, también va con socio, como se esperaba. Acude con la gestora de infraestructuras Abertis (controlada por ACS y La Caixa), aunque ésta sólo controla el 20% del consorcio.
Mientras, la constructora que controla la familia Entrecanales, Acciona, presentó oferta en solitario y Sacyr Vallehermoso lo hizo con su filial de autopistas Itinere.
OHL, por su parte, se cayó a última hora. A pesar de que había negociado con una empresa estadounidense especializada en mantenimiento de carreteras y con varias cajas para lograr apoyo financiero.
No hay ofertas de las empresas medianas. Gallardón ya puso el filtro de antemano. La condición de tener un mínimo de 500 millones de facturación, y si se agrupaban que al menos una lo tuviera, las ha dejado fuera.
En menos de tres semanas se dirimirán el ganador o los ganadores en lo que será una subasta a la baja en toda regla, ya que la oferta económica pesa el 60% en la propuesta total. La próxima semana se conocerá el pago anual que ha propuesto cada contrincante para mantener la M-30 y sacar también su margen, una tarea difícil en el primer concurso de este tipo.