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Raúl Heras

Dos cenas y una cacería

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
George W. Bush va a pedir a José Luis Rodríguez Zapatero presencia internacional de nuestras tropas y acciones diplomáticas que dejen bien a las claras en Madrid que se ha entendido y aceptado el mensaje. El jueves, 11 de noviembre, el presidente del Gobierno se levantaba junto con su ministro de Defensa de una reunión con otros miembros del Gabinete en el palacio de La Moncloa, y cambiaba de escenario en el complejo presidencial para cenar con un invitado muy especial, un hombre que había solicitado por dos veces entrevistarse con él, y cuya segunda cita estaba inscrita en la agenda para principios de diciembre.
El cambio de plazos se debía a la urgencia de los temas a tratar, de la accesibilidad del invitado con la Administración republicana de la Casa Blanca, y de la amistad que mantenía el empresario venezolano con el expresidente de la Junta de Castilla-La Mancha.

Rodríguez Zapatero había dicho sí a José Bono cuando éste le señaló que Gustavo Cisneros estaba en su tierra, en Albacete, en la finca de Los Llanos y que el fin de semana iba a cazar con el padre de George W. Bush. Los tres se sentaron en el comedor de La Moncloa y pusieron sobre la mesa dos temas de interés para ellos: el venezolano, la postura de España hacia el Gobierno de Hugo Chávez y la visita del primer mandatario de Venezuela a España la próxima semana; el español, las difíciles relaciones con el renovado presidente de Estados Unidos y la posibilidad de que el magnate sudamericano hiciese de puente entre las dos administraciones. Para empezar que presentase al padre de Bush a su titular de Defensa, toda vez que desde ‘Washingtón’ y desde la embajada norteamericana en Madrid habían dicho que no a que el representante español en el encuentro informal fuese el titular de Exteriores. Además, Curro Moratinos estaba en El Cairo asistiendo a los funerales por Yasir Arafat.

El viernes, día 12, con el ministro de Exteriores en España, Zapatero le informó de la cena con Cisneros y de la entrevista que al día siguiente iban a tener en la finca albaceteña José Bono y Bush padre. Consciente de su papel y de que le tocaba seguir bailando con la más fea, tal y como ya le ocurrió en la cumbre de Túnez, con las declaraciones de Rodríguez Zapatero sobre las tropas internacionales que operaban en Irak, Moratinos se tragó el sapo correspondiente y esperó a los resultados del encuentro.

El sábado, Bono y Cisneros se reunieron con Bush senior en un encuentro en el que el expresidente norteamericano dejó bien claro que los republicanos como partido, el Gobierno de USA y su hijo, en particular, no tenían nada contra los socialistas. Más bien todo lo contrario. Tras analizar los distintos comportamientos de la actual crisis y la primera guerra del Golfo, Bush insistió en las excelentes relaciones que él, personalmente, había mantenido con Felipe González.

Bono, alumno aplicado, tomó buena nota de todo. Ya tenía una relación privilegiada con ‘Washingtón’ y no estaba dispuesto a malgastarla. Terminada la reunión, telefoneó al presidente Zapatero para darle una pormenorizada relación de los temas tratados, y sobre todo de las actitudes percibidas para el inmediato futuro. Por algo, el “cazador” norteamericano era y es el mejor de los consejeros del inquilino de la Casa Blanca. ‘Washingtón’ va a querer cosas de España y no sólo en relación a las bases que tiene en nuestro país. Va a pedirle a Zapatero presencia internacional de nuestras tropas, y acciones diplomáticas que dejen bien a las claras que desde Madrid se ha entendido y aceptado el mensaje: Hechos con hechos se curan. No bastarán las palabras, ni las declaraciones de amistad y buenas intenciones. George W. Bush se dispone a pasar la factura de su victoria y sólo dejará que se pague a plazos.

Hasta aquí la información que se maneja en el entorno del presidente español y de los ministerios de Defensa y Exteriores. No va a haber cambios de cartera. Moratinos seguirá al frente de la diplomacia haciendo valer sus buenas relaciones con el mundo árabe y sus conocimientos de la situación de Oriente Medio. Y Bono seguirá haciendo méritos en el Gobierno, dejando bien a las claras que él juega en otra división.
¿Gustavo Cisneros? Dicen en La Moncloa que no puso sobre la mesa ninguno de sus proyectos futuros en España. Que no habló de televisión, ni de sus socios. Que habrá tiempo para todo.


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