Madrid: Far West urbanístico

Un metro cuadrado edificable en Madrid vale más que una onza de oro y ya se ve que hay ya gente dispuesta a hacer lo que sea por conseguir una veta en esa mina. La policía y el delegado del Gobierno, Constantino Menéndez, deberían haberse tomado con más seriedad un tema de este calibre, sobre todo cuando otros alcaldes han manifestado que “las amenazas son una moneda corriente en las relaciones con algunos promotores”.

El urbanismo madrileño está tenso desde la Comisión de Investigación que montó la Asamblea de Madrid tras la fuga de dos diputados socialistas, los ya olvidados Eduardo Tamayo y Teresa Sáez. Varios ayuntamientos madrileños están en crisis permanente precisamente por los problemas inmobiliarios que van a más. En Torres, el alcalde que salió elegido en mayo de 2003, sucesor del tiroteado, no duró ni seis meses “porque se sentía solo”.
“Cherchez le sol” (Buscad el suelo) y se descubrirá el verdadero motivo de la mayoría de las crisis municipales actuales. Como está ocurriendo en Torrejón de la Calzada, otro pueblo del sur de Madrid, que vive su propia edad de los buscadores de oro modernos. El primer alcalde, tras los comicios de mayo de 2003, fue el cabeza de lista socialista, Angel Rubio, con el apoyo de la Unidad Regional Independiente, con dos cabezas enfrentadas: José María García Lorente y Martín Horcajo.

El nuevo gobierno decidió paralizar todos los desarrollos urbanísticos del anterior alcalde del PP, José María Naranjo. Pero la unión duró pocos meses, hasta que la URI decidió romper con el PSOE y aliarse con el PP. La nueva alianza entre Naranjo, Lorente y Horcajo ha estado varias veces a punto de quebrar, de nuevo por el urbanismo. Ahora el PSOE ha recurrido la aprobación del PGOU y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo ha admitido a trámite.