Las Bolsas se mantienen en su sitio tras las vacaciones

De lo que no hay duda es de que el sector constructor sigue manteniendo, al menos por el momento, un tono bastante más saludable que el del resto del mercado, gracias, sobre todo, a los movimientos corporativos que se están gestando, y a los buenos resultados de sus empresas de referencia.

Esta diferencia de comportamiento entre el mercado en general y el sector constructor es fácilmente visible si se analiza el comportamiento de sus respectivos índices de referencia. Así pues, mientras que el Ibex-35 ha conseguido revalorizarse durante este mes de agosto un 1,82%, pasando desde los 7.740,90 puntos a los 7.881,70 puntos, el índice general de la construcción ha logrado ascender más de un 3%, hasta situarse en los 1.442,79 puntos. Esta diferencia se hace todavía más evidente si acudimos a la rentabilidad anual, ya que, mientras que el Ibex-35 se ha revalorizado en lo que va de año un 1,87%, el selectivo de la construcción acumula ya una rentabilidad superior al 10%.

Por empresas, la que ha mantenido un comportamiento más destacado durante este mes de agosto ha sido, sin lugar a dudas, Ferrovial. La constructora de la familia Del Pino se ha visto impulsada nuevamente por la futura salida a Bolsa de Cintra, su filial de concesiones, y por algunas buenas noticias relativas a adjudicaciones de concesiones, que la han llevado a ascender más de un 6% en este último mes, situando su cotización por encima de los 37,50 euros.

El resto de grandes grupos constructores también ha mostrado un comportamiento muy positivo, aunque no tan espectacular como el de Ferrovial. ACS se ha revalorizado en este mismo periodo de tiempo un 3,32%, FCC un 2,47% y Acciona un 0,5%.

La nota negativa la ha puesto en esta ocasión el sector inmobiliario, con la gallega Fadesa como principal referente, que no ha podido finalizar con ganancias, tras ceder un 4,56%, hasta situarse en los 10,88 euros.

Visto lo visto hasta ahora, lo evidente es que la apuesta inversora más segura en estos momentos siguen siendo los ladrillos, porque el panorama mundial, que se muestra plagado de incertidumbres económicas, bélicas y políticas, no parece dispuesto a dar un respiro a sectores más sensibles a estos cambios, como puede ser el tecnológico.