Nino Olmeda
Jueves de reflexión electoral

El pleno del Legislativo madrileño que debería celebrarse el próximo 11 de marzo se traslada a la última semana del mes, inhábil como todas las del año desde el punto de vista parlamentario. No habrá ningún retraso, sólo el habitual desde el comienzo de los tiempos de la Cámara autonómica, que no va más allá de que las discusiones políticas de actualidad, como la referida al modelo de listas de espera, que se producirá cuando el tema de los “juanetes” pase de moda o deje de interesar a los medios de comunicación.
El jueves no habrá sesión plenaria por decisión del PP, con el apoyo de IU y el rechazo del PSOE, para no incrementar a pocos días del decisivo 14 de marzo el cruce de acusaciones entre los defensores de la candidatura de Mariano Rajoy y la de José Luis Rodríguez Zapatero, las dos estrellas electorales y mediáticas de una contienda en la que Gaspar Llamazares intenta hacerse un hueco.
Ese día deberían aprovecharlo los parlamentarios para reflexionar sobre el futuro y también sobre el presente. El futuro está en sus manos, aunque hay que reconocer que depende de quien gobierne para optar por una u otra forma de hacer oposición o de ser el partido que apoya al que manda. Simancas sabe que si Zapatero pierde sacando peores resultados que su antecesor, Joaquín Almunia, tiene los días contados, porque los suyos y los que no lo son tanto tienen intención de moverle la silla. Si ZP no gana y obtiene más de 125 escaños también lo tiene difícil, porque los de Ferraz intentarán mantenerse anunciando cambios en el PSOE que empezarán por la FSM, y si gana y se hace con la presidencia del Gobierno de España, tampoco hay nada decidido para el que pudo ser el sustituto de Alberto Ruiz-Gallardón al frente de la Administración regional, en vez de Esperanza Aguirre.
Por parte del portavoz del PP, Antonio Beteta, la victoria de Rajoy le dará más ánimo para intentar que la oposición se mueva lo menos posible en su necesaria actividad de control y crítica del Gobierno. Y si pierde el elegido por el dedo de Aznar, alguna que otra convulsión interna habrá hasta que los nuevos poderes reales y fácticos que se generen en el centro derecha se instalen, pero Beteta será más duro con socialistas e IU.
Además de reflexionar sobre el futuro de los que ahora mandan en sus partidos y sobre las posibles repercusiones de esos cambios en sus movimientos y vida política, los diputados deberían reflexionar sobre su actividad como representantes de los ciudadanos.