el búho/ Lope de Aguirre
Tocamos techo

El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, que podría ser el próximo ministro del ramo si Mariano Rajoy gana las elecciones y si Rodrigo Rato decide pasar a la actividad privada, ha anunciado que, en el próximo cuatrienio, la construcción dejará paso a la inversión en equipo y a la exportación como motores de la actividad. Guindos lo ha dicho con cuatro palabras: “La construcción ha tocado techo”. Se une así el ministrable al coro de voces que apuntan a un pinchazo en la burbuja inmobiliaria.
Que la construcción ha sido el motor de la economía española en la última década nadie lo niega, y mucha gente lleva años preguntándose a dónde van a parar tantas casas como se han hecho en los últimos años, a un ritmo de 500.000 entre 2002 y 2003. Hay cooperativas y promotoras con socios y clientes apuntados y pagando desde hace más de siete años, pero no encuentran suelo adecuado para levantarlas, bien por el precio, bien por su ubicación. Más bien por lo primero.
La construcción ha salvado a España de la crisis por la que han pasado en los últimos tres años países tan importantes como Alemania o Francia, y se ha convertido en el refugio de todos los jugadores de la Bolsa que en el último quinquenio del siglo pasado se habían volcado en los valores tecnológicos y en las telecomunicaciones, pero que de repente sintieron –eso si que fue una burbuja- el pinchazo de Internet y de los valores ligados a las nuevas tecnologías.