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la atalaya/Rafael Gómez Parra

Caja Madrid divide a la izquierda y a CC.OO.

El tema de los miembros del Consejo de Caja Madrid ha hecho enfriar las buenas relaciones que hasta ahora mantenían socialistas e Izquierda Unida

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Las relaciones entre el PSOE e Izquierda Unida han llegado a su momento más bajo desde que se produjo la victoria de la izquierda el pasado 25 de mayo, frustrada por la traición de Tamayo y Sáez en la Asamblea de Madrid.
Obligados a pactar si quieren gobernar en la Comunidad, tanto Rafael Simancas como Fausto Fernández no han podido evitar enfrentarse en un tema tan delicado como el de Caja Madrid, verdadero instrumento financiero del Gobierno madrileño.
La insistencia de Simancas por llevar la iniciativa en Caja Madrid, antes para echar a Miguel Blesa, amigo de José María Aznar, de la presidencia, y ahora al secretario regional del PP, Ricardo Romero de Tejada, “por haber mentido a la Asamblea”, ha provocado el enfado de la dirección de Izquierda Unida, que no quiere perder uno de los dos consejeros que ahora disfrutaba en Caja Madrid, precisamente por deferencia del PSOE. Este puesto ha sido ofrecido a la UGT por Simancas, que ha logrado también el apoyo de Rodolfo Benito, ex secretario de organización de CC.OO. Enemigo del secretario general, José Fidalgo, Benito, que trabaja actualmente en una fundación, será elegido consejero de Caja Madrid por el Consejo Económico y Social (CES).
Simancas había ofrecido a Fausto Fernández “romper” el pacto de estabilidad firmado entre CC.OO., IU y PP en 1987 para sustituir a Jaime Terceiro, puesto por el PSOE, por Miguel Blesa. Este pacto incluía la presentación de una candidatura única, lo que permitía a la coalición de Fausto Fernández conservar dos miembros del consejo de administración. De confirmarse la pérdida de un puesto por parte de IU, a favor de UGT, las fuerzas en el consejo de administración quedarían de la siguiente manera: ocho consejeros del PP, uno de la CEIM, uno del Sindicato de Cuadros, dos de CC.OO. (sector Fidalgo), uno de CC.OO. (Rodolfo Benito), uno de la Unión de Consumidores Independientes, cinco del PSOE, uno de UGT (cedido por el PSOE) y uno de IU. Si toda la izquierda se uniera bajo la dirección de Simancas tendrían 10 votos de los 21 y la llave del proceso de reelección de Miguel Blesa quedaría en manos del independiente Guillermo Marcos. En el caso de que, tanto IU como el sector de Fidalgo de CC.OO., apoyaran a Blesa, el presidente no tendría ningún problema para ser reelegido.
En cambio, si la izquierda quisiera elegir a un candidato nuevo precisaría de los dos tercios de los 21 votos: 14 votos, que es matemáticamente imposible porque sólo el PP tiene 8.
Dos de los principales apoyos del actual dirigente socialista madrileño están en Caja Madrid: el secretario de Organización Regional, Antonio Romero, consejero desde hace ocho años, y el vicepresidente de la entidad, Ramón Espinar, ex alcalde de Leganés y ex presidente de la Asamblea de Madrid, de cuyo grupo partió la iniciativa para proponer y apoyar a Rafael Simancas, entonces concejal de Madrid, como candidato a la Secretaría General de la Federación Socialista Madrileña en el año 2000 frente al candidato de José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Antonio Díaz.
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