
Coslada Confidential
Parece el guión de una película norteamericana. Pero no se trata de Los Angeles, ni de Miami, sino de una población importante de las que rodean la capital, Coslada, en la que al parecer, porque mientras la justicia lo decida todo son presunciones, aunque sean evidentes, algunos encargados de mantener la ley y el orden se han dedicado, durante largo tiempo, a vulnerar la ley, amparados en la impunidad de sus cargos.
El temor a represalias, un espíritu de cuerpo mal entendido, la dejación de funciones de control y vigilancia por los responsables políticos... son muchas las razones que han podido permitir una actuación que produce asombro, además de repugnancia. Cuando los delitos se amparan en el abuso de poder, es que algo está fallando en una sociedad que presume de avanzada.
Días atrás hemos podido ver, en secuencias grabadas, malos tratos por parte de los Mossos de Escuadra catalanes, o vigilantes de seguridad en el Metro madrileño que golpean a determinados viajeros, en actos violentos con tufillo xenófobo, por el “grave” delito de viajar sin billete, lo que ha despertado la justa indignación de los ciudadanos. Pero las noticias que nos llegan de Coslada son mucho más graves. Un grupo de policías locales, con su jefe a la cabeza, se han dedicado, no una vez, sino de forma sistemática, a aprovecharse de pobres mujeres que, en muchos casos a la fuerza, ejercen la prostitución, han coaccionado, extorsionado y golpeado a comerciantes y ciudadanos de a pie, han deshonrado sus uniformes y sus cargos, y han roto en pedazos el Estado de Derecho.
Ha bastado que la Policía Nacional efectuara las detenciones de policías locales presuntamente corruptos para que se rompiera el muro de silencio, y para que comerciantes sometidos a extorsión, todavía con miedo a represalias, relataran los “impuestos” que tenían que entregar para que no se les cerrase el negocio, o cómo se marchaban sin pagar en los establecimientos, o conseguían extraños descuentos en otros. El Alcalde no sabía nada de todo esto. Pues ya lo sabe. Y es de esperar que extreme la vigilancia para que no se repitan estos hechos.