
Confianza frente a confusión
Este viernes se cierra la campaña de las elecciones generales que ha estado marcada, por encima de otras cuestiones, por la situación económica actual. La vivienda, tan presente en anteriores campañas, en esta ocasión ha quedado al margen del debate político al menos en lo que se refiere al cuerpo a cuerpo entre los lideres. Sólo ha sido tratada de pasada en los dos debates entre los candidatos a la presidencia de los dos principales partidos, y en la propuesta que presentó el Partido Popular esta misma semana con su intención de aumentar la desgravación por las operaciones de compra de vivienda hasta el 25%.
El domingo ya sabremos los resultados y, gane el que gane, será el momento de plantear políticas que contribuyan a paliar la situación económica en la que nos encontramos. En la campaña y en los meses anteriores, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sólo ha tenido la preocupación de que no se produjera la quiebra de ninguna empresa inmobiliaria antes de las elecciones y le perjudicara en sus propios intereses pero, ya sea él o Mariano Rajoy, esa no es la solución. La idea del Gobierno socialista era que el paro que se generaría por el parón en los sectores inmobiliario y de la construcción sería absorbido por el sector servicios. Pero, al descender el consumo, esto no ha sido así y el problema está ahora sobre la mesa.
Es necesario que se genere la confianza suficiente entre los ciudadanos para que vuelvan al mercado de la compra de vivienda y se disipen las informaciones confusas sobre descensos bruscos de los precios. Una cosa muy diferente es que descienda la subida de los precios y se quede en el entorno del IPC. Es necesario también que las entidades financieras se replanteen su relación con los promotores que tan provechosa les ha sido en años anteriores y encuentren el camino para entenderse ya que, si no lo hacen, ellas corren mayores riesgos.