
Realojos y convivencia
La noticia de problemas de convivencia entre payos y gitanos en la denominada “zona de los pintores” de Sanchinarro le ha hecho un flaco servicio a un barrio moderno, con edificios singulares y una población joven, de clase media-alta, que no quiere inseguridad, sino más y mejores servicios.
En esa zona viven familias gitanas realojadas desde la zona de Virgen del Cortijo. Más que un realojo ha sido un chollo, porque según ha declarado uno de los realojados paga 90 euros al mes por el alquiler de la vivienda más 50 de gastos de comunidad, y tiene la posibilidad futura de comprar el piso. A esos precios, y en ese sitio, se apuntarían la mayor parte de los madrileños. Recordemos que en Sanchinarro los alquileres oscilan entre los 800 y los 1.200 euros y el precio de una vivienda de dos dormitorios no baja de los 400.000 euros.
Los vecinos de la zona se quejan de hurtos, robos en garajes e inseguridad. En Sanchinarro, con una población en torno a los 15.000 habitantes, no hay comisaría, la más cercana está en Mar de Cristal. Tampoco hay patrullas de vigilancia y el transporte deja mucho que desear, con salidas por la conflictiva A-1. En cambio, dispone de un gran centro comercial y de dos excelentes centro sanitarios privados. Pero con inseguridad no puede haber calidad de vida.
Los problemas de inseguridad, y los de convivencia no hay que achacarlos a actitudes racistas y no se puede generalizar, porque hay un gran porcentaje de gitanos tan honrados como el que más. Pero sus costumbres son distintas y, en muchos casos, su educación es muy limitada o inexistente.
Las distintas Administraciones se deben esforzar en integrar a estos colectivos marginados. Para ello, lo primero que hace falta es que los afectados tengan voluntad de integrarse. El ejemplo que están dando grupos de gitanos, especialmente mujeres, para adaptarse a la sociedad en la que viven permite concebir esperanzas, pero no a corto plazo. El problema no se limita a nuestra región ni a nuestro país, sino que es similar, con matices diferenciales, en todos los lugares que cuentan con población gitana.