
Se hizo la luz
Cuatro años ha necesitado el Gobierno de la Nación en darse cuenta de la importancia del sector inmobiliario para nuestra economía. Cuatro años en los que ha estado, directa e indirectamente, lanzando mensajes acusatorios contra el sector, sembrando la sombra de la duda y azuzando el fantasma de la corrupción urbanística. Ahora, parece que alguien les ha hecho la luz e iluminado el camino y el cambio ha sido fulminante. Primero, lo hizo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al pedir a las entidades financieras que no cierren la financiación al sector, cuando hasta ese momento se pedía lo contrario. Y, después, ha seguido su ejemplo la ministra de Vivienda, Carme Chacón, que aprovecha cualquier evento inmobiliario para lanzar el nuevo mensaje. Han pasado de echar sobre el sector todos los males de la vivienda y de la economía a elogiar su impulso y sostenimiento de la actividad en nuestro país. De intentar disminuir su producción a impulsarla para mantener el empleo.
El problema es que el daño ya está hecho y el consumidor necesita más para recuperar la confianza. Tiene que recibir mensajes veraces que le digan claramente que la vivienda de obra nueva es prácticamente imposible que descienda su precio de venta, que se le desmienta la sensación de que en algunas comunidades prácticamente se van a regalar las viviendas. Y, por parte del Gobierno, se tienen que poner los medios y medidas para que el sector inmobiliario pueda mantener su desarrollo normal, se tiene que aclarar y desarrollar la Ley del Suelo y se debe apostar por poner los medios para que los promotores inmobiliarios puedan acceder al mercado de la vivienda protegida. No vale sólo con lanzar mensajes de apoyo y decir buenas palabras, hay que actuar y hacerlo de inmediato y no esperar a que pasen las próximas elecciones generales. Y, sobre todo, hay que tener mucho cuidado con las promesas electorales que se hagan no siembren más dudas en los consumidores.