Marisa Prado | Lunes 20 de octubre de 2014
Comprar un piso con fines especulativos es el objetivo de un tercio de los coruñeses que han adquirido una vivienda en los últimos cuatro años. Sin embargo, la mayor parte de los compradores, un 77,24%, la utilizan como primera residencia. Sólo un 0,4% piensa dejar en herencia este bien a sus descendientes.
Una vivienda. Esa es la primera opción que se les ocurre a los coruñeses cuando deciden en qué invertir su dinero, si tenemos en cuenta los datos del estudio efectuado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que señala que el 32% de los encuestados en la ciudad herculina declara que ha adquirido un piso en los últimos cuatro años al considerar que es una manera segura de invertir sus ahorros. Esta situación se debe a la gran rentabilidad que ofrece la compraventa de un piso. Tanta, que si la vivienda se adquiere sobre plano y se transfiere antes de escriturar, la rentabilidad del inmueble alcanza el 846%.
Sin embargo, el hecho de que el primer objetivo de comprar un piso sea el de la inversión, no quiere decir que éste no se utilice como primera residencia. De esta forma, el 77,24% de los coruñeses preguntados declaran que la emplean como vivienda principal, mientras que el 16,67% como segunda residencia; y el 5, 28% tiene un interés meramente especulativo cuando decide entrar en el sector inmobiliario. Sólo el 0,41% piensa en dejarle su casa a los hijos el día de mañana.
Y si estos son los principales datos sobre qué utilización dan a sus viviendas, las motivaciones de los coruñeses a la hora de adquirirlas son también muy variadas. El factor más importante para realizar la operación se circunscribe al temor de los habitantes de A Coruña a que cambien sus condiciones familiares en un futuro. En segundo lugar se sitúa como causa para invertir en un piso la creencia extendida de que más adelante les resultará más complicado comprar. Como razones menos importantes se encuentran la baja rentabilidad que ofrece la Bolsa o la compra reciente de una vivienda por parte de algún amigo.
En cuanto a la situación socioeconómica, la clase alta especula más con los pisos que los estratos más bajos, aunque en el primer caso el porcentaje se sitúa en el 51%, es significativo que entre los segundos, esa cifra se sitúa en un nada despreciable 28,2%.
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