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Consenso en el sector para recibir al Código Técnico de la Edificación

Arquitectos y promotores coinciden en señalar que los costes de aplicación se verán compensados.

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Junto al Código Técnico de la Edificación fue aprobada la constitución del Consejo para la Sostenibilidad, Innovación y Calidad de la Edificación (CSICE), en el que participarán todas las administraciones públicas y representantes de asociaciones ciudadanas. Este organismo será el encargado de realizar el seguimiento y evaluación de la aplicacion del CTE, y de realizar una actualización periódica del texto, de acuerdo con las demandas de la sociedad. El Ministerio ha previsto, además, la creación del Registro General del Código Técnico de la Edificación, adscrito a la Dirección General de Arquitectura y Política de Vivienda, que tendrá carácter público e informativo y en el que quedarán inscritos los documentos reconocidos en el CTE. El documento entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Después, habrá un periodo de aplicación voluntaria de doce meses.

Tras un proceso de negociación largo y complicado que ha dado respuesta a tres mil alegaciones planteadas por los profesionales del sector, el Código Técnico de la Edificación es ya una realidad. Arquitectos, gestores de cooperativas y promotores se muestran satisfechos por la llegada del texto que unifica la normativa europea y española.

Después de más de cinco años de negociaciones el sector ha llegado al consenso necesario para dar a luz el texto definitivo del Código Técnico de la Edificación (CTE), “la mayor reforma en materia de edificación desde la aprobación de la Constitución”, según indican desde el Ministerio de Vivienda.

Las reacciones son casi unánimes y, salvo escasas puntualizaciones, los agentes del sector se muestran favorables al documento que permite aplicar como propias las directivas europeas sobre calidad y eficiencia energética y fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico en los procesos de edificación y en los materiales de construcción.

El código está estructurado en una serie de documentos básicos, en los que recoge las exigencias que deben cumplir los edificios en ámbitos tan distintos como el ahorro energético, la salubridad, el ruido, la seguridad en caso de incendio, el uso y conservación del edificio y la seguridad en la utilización de los mismos. La definición que hacen desde el departamento que dirige María Antonia Trujillo incide especialmente en la mejora que supone para la calidad en la construcción: “el CTE es el conjunto de normas que regula las exigencias básicas de calidad de los edificios y de sus instalaciones para asegurar el cumplimiento de los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad”. Esta revolucionaria medida permite a España “estar entre los países más avanzados en cuanto a normativa de edificación”, según indicó la propia Trujillo.

Más de 800 expertos de todos los sectores han trabajado en la redacción del texto definitivo, al que han sido incorporadas tres mil alegaciones, desde que comenzó a gestarse, hace ya más de cinco años.

La principal preocupación de empresas y particulares es el posible encarecimiento del precio de los pisos, derivado de la aplicación de la nueva normativa. La ministra de Vivienda ha insistido ya en más de una ocasión que “el pequeño esfuerzo inversor será amortizable muy rápido, en cuatro o cinco años”. Según los cálculos oficiales, el sobrecoste que supone el CTE oscila entre el 0,7% para las viviendas en altura y el 0,9% para las unifamiliares. La nueva normativa supone un ahorro considerable a medio y largo plazo que hace posible amortizar la inversión inicial en un corto espacio de tiempo.

Principales novedades.- Para construir edificios y viviendas más sostenibles, el documento que aprobó el tercer Consejo de ministros de marzo incide sobre varias materias. Las exigencias básicas de ahorro energético persiguen alcanzar un uso racional de la energía necesaria para la utilización de los edificios, “reduciendo a límites sostenibles su consumo, y consiguiendo que un parte del mismo proceda de fuentes de energía renovables”, explica el texto. Los edificios de nueva construcción tendrán que mejorar su eficacia energética y para ello, dispondrán de una cubierta envolvente que permitirá limitar la demanda de energía e incrementará el bienestar térmico en el interior, en función del clima. Distintos expertos aseguran que estas medidas podrían hacer que se generase un ahorro de entre el 7% y el 8% en el consumo de energía del país.

Otro de los aspectos fundamentales que trata el CTE es la salubridad y la protección frente al ruido. En éste último punto, la normativa existente hasta el momento databa de 1988. El texto aprobado plantea el planeamiento y la construcción de edificios teniendo en cuenta medidas que permitan reducir la transmisión del ruido aéreo y alude al mantenimiento y las prácticas de uso como herramientas para evitar mayor impacto por contaminación acústica. Este apartado puede ser el que tenga un efecto más pronunciado sobre los precios, como reconocen desde distintas patronales del sector, en las que afirman que “las normas referentes al aislamiento térmico y acústico pueden influir mucho”.

Otro de los aspectos en los que tiene una especial incidencia es en la seguridad en caso de incendio. El CTE involucra en este caso a los usuarios en la conservación de los edificios, e insta a llevar a cabo un plan de mantenimiento del inmueble, que cuente con la supervisión de un técnico experto en cada caso. Lo ocurrido con edificios emblemáticos, como el Windsor, ha hecho que se revise la normativa vigente en materia de prevención contra incendios, y se incluyan protocolos de actuación para favorecer la detección, el control y la extinción de las llamas. Entre las principales novedades del Código se encuentra el llamamiento a los usuarios para que colaboren en el mantenimiento de los edificios, a través de un uso adecuado de los mismos, algo que, hasta el momento, no aparecía en ninguno de los textos legales que regían esta matería, y que se ha incluido en esta ocasión, en respuesta a las demandas de los profesionales del sector.

Limitar el consumo.- La vivienda nueva supone en España un consumo de energía que supera en un 40% al registrado en Francia, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. El secretario general para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri, aseguró recientemente, que el CTE resulta fundamental para incrementar la eficiencia de la construcción en un país como en el nuestro, “en el que se edifican más viviendas al año que en Francia, Alemania e Italia juntas”. La actividad promotora forma parte de los llamados sectores difusos, en los que se incluyen viviendas, automóviles y comercios, cuya contribución a la emisión de gases de efecto invernadero está experimentando el crecimiento más rápido de todos.

A trompicones.- La mayor parte de la normativa que se aplica en la actualidad en la construcción de edificios data de finales de los años 70, aunque ha sido sometida a diversas revisiones a lo largo de los años. La Ley de Ordenación de la Edificiación establecía un plazo de dos años en junio de 2000 para que el Ejecutivo aprobase el CTE por real decreto. En primavera de 2002, el Ministerio de Fomento presentó un proyecto que recibió tantas alegaciones, que obligó a plantear un segundo documento que sería presentado dos años más tarde a Bruselas, para que fuese sometido a revisión allí por el Gobierno comunitario.

GECOPI
Roberto Jiménez
"Es una norma positiva, pero es preocupante el aumento de costes"
El Código Técnico de la Edificación consolida los aspectos más innovadores en la actividad constructora española. En opinión de Roberto Jiménez, presidente de la Gestora de Cooperativas de Viviendas (GECOPI), el CTE no sólo mejorará la estructura y la confortabilidad de los edificios sino que “establece medidas de ahorro de energía y utilización de energías alternativas que en mi opinión son indispensables hoy en día”.

Un documento de la envergadura del nuevo Código afectará de una manera u otra a todos los actores implicados en la construcción de viviendas. Las empresas asociadas a GECOPI “tendremos que cumplir y exigir que se cumplan las exigencias que el documento planteará en temas de calidad, seguridad y habitabilidad”, resalta Jiménez, quien considera “enormemente positivo que se preste atención a la gestión de los edificios, especialmente en el reciclado de residuos, con lo que conlleva de preservación del medio ambiente. No olvidemos que la construcción es una actividad que por naturaleza es agresiva con el entorno, de manera que cualquier medida que se tome para minimizar sus efectos negativos es pertinente”.

Pese a los logros que alcanza el CTE, las cooperativas se muestran preocupadas ante el aumento de costes derivado de su aplicación. “Las previsiones del Gobierno, que lo cifran en torno al 1%, son demasiado optimistas”, afirma el responsable de GECOPI, que expresa su confianza en que el ahorro energético previsto deshaga muchas reticencias. La inquietud es mayor en el caso de la vivienda protegida. “Ahora cuenta ya con normativas muy exigentes en materia de sostenibilidad y en este caso el aumento de coste puede perjudicar la viabilidad de la promoción. No obstante, estoy seguro que las administraciones públicas tendrán en cuenta este hecho a la hora de modificar los precios máximos de venta de estas viviendas”, dice Jiménez.

CSCAE
Carlos Hernández
"Mejorará la calidad de los edificios y la vida de los que habitan en ellos"
Los arquitectos son uno de los colectivos más afectados por la nueva normativa de edificación. El Consejo Superior de Colegios de Arquitectos (CSCAE) colaboró de forma muy activa en la redacción del documento. El máximo responsable de este órgano, Carlos Hernández Pezzi, hace una valoración positiva del nuevo Código.
“No vamos a decir que es la panacea absoluta, pero avanza en la mejora de la calidad de la edificación, que aún tenía ciertos lastres en materias como la eficiencia energética, el mantenimiento y la gestión de recursos”, explica el presidente del CSCAE, que augura que la calidad de vida de las personas mejorará.

El Código Técnico de la Edificación aclara el panorama y establece unos requisitos prestacionales básicos a la hora de determinar proyectos. Sin embargo, la normativa también se ha dotado de cierta flexibilidad para poder incorporar nuevas exigencias de ayuntamientos y comunidades autónomas.

Además del avance que supone la actualización de los requisitos básicos en el diseño de proyectos constructivos, una de las ventajas del nuevo Código Técnico de la Edificación es, a juicio de Hernández Pezzi, que nace para convertirse en un compendio de toda la reglamentación dispersa en más de nueve mil páginas y diversas normativas.

Tras la aprobación del Código, el próximo paso que los arquitectos esperan del Gobierno es la divulgación del CTE, para poder incorporarlo como herramienta del día a día del sector. El CSCAE también está estudiando la puesta en marcha de acciones de formación, destinadas a profesionales y técnicos, para divulgar los requisitos necesarios en los proyectos de vivienda. “De lo que se trata- resume el representante de los arquitectos- es de realizar una digestión más rápida de las disposiciones del CTE para un sector que mueve un 18% del PIB nacional”.

APCE
Guillermo Chicote
"El CTE dificultará la ejecución de vivienda protegida en España"
La ejecución de vivienda protegida se va a ver afectada por la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE), según explican desde la Asociación de Promotores y Constructores de España (Apce).

Aunque el aumento de costes que supondrá la aplicación del Código “como ocurre con toda norma que mejora la calidad es perfectamente asumible”, éste no rebasará el 2% del precio de venta de las casas. Los promotores piensan que no afectará por igual a todas las viviendas.

La APCE admite que el CTE puede repercutir en el precio de la vivienda protegida “de por sí ya crítico” y estiman que debería ser revisado al alza. Satisfecha por el trámite que se ha seguido para elaborarlo y que ha permitido a la APCE participar, la asociación niega que el texto suponga una “revolución” y afirma que se trata más bien de una “ligera mejora técnica”. Los promotores destacan que “ya disponíamos de una normativa técnica bastante buena, que permitirá la introducción de los requisitos incluidos en el Código Técnico de una manera no traumática”.

Además, destacan que las principales novedades están en el ahorro energético y la utilización de energías renovables como la solar pero sólo piden a los alcaldes que “implanten estas normas sin más retoques en sus respectivos municipios”.

Por otro lado, insisten en que hay que tener el Código “al dia” y que para ello será necesario “incorporar cada nuevo avance tecnológico” que salga al mercado. La APCE se muestra convencida de que los objetivos son asumibles ya que gracias a la participación de los actores del sector, arquitectos y aparejadores, se ha conseguido contar con un Código con “exigencias razonables y que fuera útil”. Para evitarlo se opusieron a que fuera como el “Libro Gordo de Petete”.

CGATE
Carlos Aymat
"Supone más garantías para el usuario y un reto para el profesional"
En opinión del Colegio General de Arquitectos Técnicos (CGATE), el CTE “no supone excesivas innovaciones”. Se trata más bien de la compilación de distintas normas dispersas que se han ido aprobando a lo largo de los últimos años. La innovación se produce constantemente porque es fruto de la investigación que se realiza también de forma continuada en la edificación. Carlos Aymat, director del gabinete técnico del CGATE, destaca la incorporación de la posibilidad de construir casas con estructura de madera. En su opinión, “ningún estudio riguroso desvela el coste añadido de la aplicación del CTE, aunque hay que tener en cuenta que los mayores gastos en la construcción están aparejados al precio del suelo y sobre ello, así como en los costes financieros, no va a incidir la nueva normativa”. Aymat cifra entre el 1% y el 2% el coste añadido, derivado de la aplicación del Código e insiste en que “siempre redundará en una mayor calidad y seguridad de los inmuebles”.

Respecto a los avances que el Código Técnico introduce con referencia al sistema actual de construcción de edificios, desde el CGATE Aymat insiste en que “abre una ventana a la innovación, a través de los denominados Documentos Reconocidos”. Según explica, se podrán ir incorporando, sin carácter obligatorio, pero sí con carácter reconocido o recomendado nuevas soluciones, que servirán para cumplir los requisitos del CTE.

Otro de los aspectos novedosos es el tratamiento de la documentación que se genera durante el proceso de la edificación. “El usuario final contará con mejores garantías, que estarán reflejadas por escrito. Todo satisface a la Arquitectura Técnica, que, de todas formas, ha de afrontar un reto muy grande para adaptarse, conocer y difundir la nueva normativa”, explica el arquitecto.

INSTITUTO E. TORROJA
Luis Vega
"Supone un avance para edificar en un entorno más seguro y saludable"
Conseguir en la edificación un entorno más seguro y saludable es, sin lugar a dudas, uno de los objetivos más importantes de esta nueva normativa, tal y como destaca Luis Vega, del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja y uno de los expertos que han colaborado en la elaboración del Código Técnico de la Edificación.

Gracias a la nueva normativa, se superará una situación legislativa un “tanto obsoleta, bastante incompleta y en algunos casos con ciertas incoherencias”, en opinión de Vega.

El experto ve muchas ventajas en el texto de la nueva norma, como la limitación de la demanda energética mediante edificios más eficientes, un mejor rendimiento de las instalaciones y la utilización de energías renovables, como la solar o la fotovoltaica. Y, en su opinión, son pocas las desventajas. Como elemento negativo, Vega apunta al “esfuerzo de adaptación importante por parte de los diferentes agentes” teniendo en cuenta la “envergadura y amplitud del documento”.

En cuanto a la repercusión para los bolsillos de la entrada en vigor del CTE, Vega destacó que sobre todo se notará en la “factura energética del edificio, con lo que en periodos suficientemente cortos, inferiores a los diez años, puede haberse amortizado dicho incremento del coste inicial y que nunca superaría el 1%”.

La actividad promotora no tendría que verse afectada, aunque si que requerirá un esfuerzo. Al final el hecho de que se establezca un marco “más objetivo, más completo y sobre todo actualizado permitirá el que se pueda realizar la actividad de una forma más satisfactoria”, explica Vega.

Los objetivos marcados por el CTE son realistas ya que, a su juicio, “la amplia participación de los agentes en el proceso de redacción ha sido fundamental para adecuar su contenido a su realidad social y económica de nuestro pais”.

ISIFOTON
Juan Fernández
"El coste adicional se compensa con la rebaja de la factura energética"
Una de las facetas que más se ha destacado en la nueva normativa aprobada por el Gobierno es la relativa a la eficiencia energética, que se verá reforzada con la incorporación de sistemas de captación de energía solar, para las necesidades térmicas y eléctricas del hogar.

La instalación de estos elementos ha sido identificada como una de las causas de encarecimiento del precio final de las viviendas, pero las empresas suministradoras de paneles se niegan a ser el chivo expiatorio. “El aumento de costes refleja también el peso de los nuevos requisitos en aislamiento o seguridad estructural” afirma Juan Fernández, director de producto de Isofotón, que recuerda que el coste de los paneles se compensa con una rebaja en la factura energética de hasta un 40%. “El plazo de amortización no supera los diez años”, informa este directivo.

La inclusión del capítulo de eficiencia energética va a suponer una revolución para las empresas del sector, que se encuentran en una etapa incipiente. A pesar de tener un clima soleado, España cuenta con cinco veces menos paneles que Alemania. Uno de los objetivos del Gobierno es reducir esta diferencia.

El Plan de Energía Renovable (PER) prevé alcanzar una superficie de cinco millones de metros cuadrados de paneles instalados en 2010. El Código Técnico de la Edificación es una baza clave para lograr este objetivo. Sin embargo, los requisitos del CTE no empezarán a aplicarse hasta octubre, como poco, con lo que la ejecución de los primeros proyectos equipados con paneles no comenzará, al menos, hasta un año después. Esto deja sólo un plazo de tres años para alcanzar los objetivos del PER. “Un margen escaso”, opina Fernández, que calcula que al ritmo constructivo actual en 2010 el CTE habrá promovido la instalación de 2,5 millones de metros cuadrados. “Son necesarias medidas de acompañamiento”, remata.

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