INTERNACIONAL

La reconstrucción de Irak: en el punto de mira de las grandes constructoras

ACS, Dragados, Ferrovial y Lafarge son las principales candidatas europeas

Angel Valverde/Nueva York

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La reconstrucción de las principales ciudades iraquíes supondrá una gran inversión tanto para los países aliados como para Irak. Los gobiernos y las grandes empresas de ingeniería y construcción están elaborando sus estudios y propuestas para poder llevar a cabo el desarrollo de estos futuros trabajos. En Estados Unidos se habla de compañías como Betchel y Halliburton y en Europa de ACS, Dragados, Ferrovial, Lafarge y Saint-Gobain.

Una de las consecuencias directas del conflicto bélico de Irak es la necesaria reconstrucción del país. Muchas compañías norteamericanas estudian las oportunidades de negocio que surgirán cuando finalice la guerra.
La reconstrucción de los pozos de petróleo es un objetivo prioritario, pero también se realizará una importante inversión en la rehabilitación de edificios y todo tipo de infraestructuras.
El Gobierno estadounidense ya se ha interesado por cinco grandes compañías dedicadas a la ingeniería y construcción, entre las que se encuentran Bechtel y Halliburton, que ya ofrecieron información el pasado mes de febrero.
En cuanto a las compañías europeas, según un informe de Merrill Lynch, las españolas ACS, Dragados y Ferrovial, pueden ser las más beneficiadas por el proceso de reconstrucción, ya que cuentan con una buena posición respecto a "perspectivas de crecimiento y de concesión de obras". También las francesas Saint-Gobain y Lafarge están en la lista de posibles proveedoras de materiales de construcción. Aún así, estas previsiones están condicionadas por la evolución del crecimiento de las principales economías y los fondos que se destinen finalmente a estos trabajos.
Por otra parte, las empresas españolas que participan en el programa Petróleo por Alimentos, pueden sufrir pérdidas cuantiosas con el ataque, por lo que ya han pedido explicaciones al Gobierno español. El conflicto ha traído también inestabilidad a las empresas inmobiliarias, cuya actividad dependerá en gran medida de la duración de las intervenciones.