Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El reciclaje.
Carlos Bernal se considera un amante de la naturaleza y está convencido del respeto al medio ambiente, así trata de imprimir esta idea en la actividad de la compañía que dirige. El reciclaje es algo que alaba, pero no cree que haya que caer en el absurdo de obligar a un ciudadano a colocar de golpe ocho cubos en una cocina de tamaño convencional, sino que hay que ir paso a paso. Está convencido de que es un proceso que si se hace con sentido y con lógica terminará por implantarse.
El medio ambiente.
Es muy escéptico con respecto a que los acuerdos de Kioto de 2010 se lleguen a cumplir, ya que hay algunos países que se niegan a cooperar. Con respecto a las energías alternativas, piensa que en la sociedad en la que vivimos no nos vamos a poder desprender del petróleo por el peso que tiene sobre la economía, y que pensar en llegar a depender totalmente de energías como la eólica o la solar va a ser difícil, aunque le gusta que se insista en el desarrollo de alternativas.
Exigente y trabajador.
No tiene muy claro si es una virtud o un defecto, pero es extremadamente exigente consigo mismo en todo lo que hace. Sabe que esta característica lleva implícita un cierto desgaste que otras personas no tienen que superar, pero no le gusta pasar superficialmente por las cosas que considera importantes. El día de los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 no dejó de trabajar ni siquiera para ver las imágenes del acontecimiento más impactante del nuevo siglo.
La compañía.
Como ciudadano cree firmemente en el producto que ofrece Envac y le gustaría que sus sistemas se expandieran por toda la geografía española y llegasen hasta su casa. Esto le lleva a disfrutar dirigiendo una empresa que ha obtenido en 2002 una facturación de 31,40 millones de euros, lo que ha supuesto un incremento del 76% con respecto al pasado ejercicio, y un ebitda de 2,90 millones de euros. Las previsiones de Envac para 2003 son superar los 38 millones de euros en ventas.