Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La evolución del desarrollo de los centros comerciales en España experimentará durante los próximos años un crecimiento importante, tanto respecto a la superficie bruta como a la densidad por habitantes.
Las tendencias de los últimos años en cuanto a la tipología de los centros que se están inaugurando seguirá, muy probablemente, en la misma línea. La principal locomotora, por el momento, sigue siendo el hipermercado, aunque el ocio va, poco a poco, ganando terreno en las superficies comerciales. Algunos operadores, como El Corte Inglés o Ikea, actúan como locomotoras capaces de diferenciar los proyectos por la gran afluencia que generan, pero es muy significativo también el incremento de los supermercados, en su mayoría nacionales, en detrimento de los hipermercados.
Por otro lado, los proyectos de formato factory outlet comienzan a disminuir y a sufrir retrasos, o bien se ven obligados a apoyarse en otros proyectos más grandes, formando parte de ellos.
El ocio es un elemento complejo a la hora de tener éxito. Los centros dedicados exclusivamente a este tipo de oferta suelen tardar más tiempo en afianzarse y la elección de una ubicación adecuada es especialmente importante. El riesgo financiero de estos proyectos reside en la inestabilidad que pueden sufrir los ingresos en el caso de que una crisis económica reduzca el número de visitantes, pero, por otro lado, actualmente el ocio supone grandes beneficios y atrae a gran número de consumidores.
Los parques comerciales y de medianas superficies parecen seguir un crecimiento imparable en las zonas capaces de absorber su capacidad de atracción. La facilidad de gestión y para conseguir licencias y los menores costes de construcción contituyen importantes ventajas a la hora de decidir qué tipo de centro se pretende desarrollar. En muchas ocasiones forman parte de parques o completan la oferta de centros comerciales de mayor tamaño, de centros deportivos, de estaciones de tren o de puertos deportivos.
Además de la oferta, los centros comerciales inaugurados durante los últimos años y los proyectos que se están llevando a cabo muestran una mayor preocupación por el diseño de las instalaciones. La consecución de un entorno agradable para el consumidor se perfila como un elemento clave para conseguir en los futuros proyectos rasgos realmente diferenciadores.
Se debe considerar, también, el incremento del número de reformas y ampliaciones que están experimentando los centros más antiguos. Algunos han empezado ya sus procesos de renovación y adaptación a las nuevas tendencias para poder competir con los más innovadores y para poder satisfacer la cambiante demanda de los consumidores. Es imprescindible anticiparse a las nuevas circunstancias y no quedarse anclado en un formato obsoleto que no pueda seguir el ritmo de los centros más modernos.