como la vida misma/Arturo Ruibal
La presencia de Luis Eduardo Cortés en las listas electorales de Esperanza Aguirre a la Comunidad de Madrid podrían ayudar mucho a su candidatura
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Arturo Ruibal
Esperanza Aguirre es una persona encantadora: una especie de Duquesa de Osuna de la política a la que uno se imagina acudiendo a los mítines en calesa y jugando a ser pueblo llano en las fiestas de El Capricho. Pero no nos dejemos engañar por sus modales: Aguirre es una mujer de hoy, lo bastante disciplinada para abandonar la presidencia del Senado por una candidatura al sillón de Gallardón y lo bastante lista para comprender que lo tiene difícil.
Miguel Angel Villanueva, su director de campaña, la lleva de un lado a otro y le hace prometer cosas maravillosas, auténticas quimeras que el auditorio recibe con la boca abierta mientras se palpa la mosca que tiene tras la oreja. Comenzó su ataque en enero con uno de los temas que más sensibilizan a la opinión pública: la sanidad. Prometió siete hospitales nuevos y reducir a un mes la espera para intervenciones quirúrgicas. ¿Cómo saber que dice la verdad, que de ganar la presidencia disfrutaremos en pocos años de todo eso? Creerla o no es un acto de fe, lo que transforma las promesas en algo puramente instrumental, pues lo fundamental, lo que decide el voto, es la credibilidad de la candidata. Lógicamente, cuanto más prometa menos fácil resulta creerla, lo que la obliga a buscar el punto de equilibrio entre su oferta y su crédito; si éste es alto, la primera puede serlo también. Por eso dicen algunos que dejarse acompañar por Echániz para prometer el paraíso sanitario no ha sido una buena idea, pues el actual consejero no es hombre que goce de general admiración entre pacientes y profesionales de la medicina. Pero Esperanza y su fiel Villanueva son muy libres de escoger sus acompañantes.
¿Será Cortés el hombre-puente con la era Gallardón? Aunque discutido, su presencia sería un guiño al electorado, pues sabido es que las grandes obras del metro han sido el activo más espectacular de ese periodo, y que Cortés anduvo por esos túneles con el casco puesto. No le conviene a la candidata romper con el pasado, por más que prometa mejorarlo todo.