villa y corte/Alberto Delgado
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La esposa de Aznar, Ana Botella se ha metido de lleno en la política madrileña
Al fin, Ana Botella ha dicho "sí" a su entrada en la política activa, con la que se relaciona hace muchos años por derecho de consorte, y por su pertenencia al PP. Esta decisión ha sido acogida con división de opiniones, según el color político de cada cual. Para unos, la presencia de Botella refuerza la candidatura de Alberto Ruiz-Gallardón, por ser popular, y por ser mujer. Para otros, representa una posición más conservadora, y hasta reaccionaria, por su vinculación a sectores derechistas de la Iglesia Católica.
Yo no sé si Ana Botella es muy popular, pero es indudable que es muy conocida. En cuanto a conservadora, en Madrid hay muchos que tienen mucho que conservar, no sólo económicamente, sino en principios. Y cualquier candidato tiene perfecto derecho a ser católico, como otros lo tienen a no serlo. Ya es hora de que los católicos salgan a la palestra sin complejos.
En política y, sobre todo, en política municipal, lo importante, más que las ideas o las palabras, son los hechos. Ana Botella ha hecho unas declaraciones llenas de buenos propósitos, tan ambiciosos como trabajar por hacer de Madrid la mejor ciudad del mundo. Algunos nos conformamos con menos, con que sea más habitable, más segura y más justa de lo que es.
Si, como parece, Ana Botella, en caso de triunfar la candidatura popular, se encargara de la Concejalía de Asuntos Sociales, le espera una difícil tarea, con problemas que requieren no sólo buenas intenciones, sino eficacia en la gestión. En cualquier caso, siempre es bueno que haya personas que se lancen a la política para servir, y no a servirse de ella.