ARQUITECTURA

Calatrava construye una estación entre espacios y tiempos

El arquitecto ha realizado un diseño espectacular para unas infraestructuras que estarán concluidas en los próximos meses

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
12/07/2006.- La estación de Lieja, nodo de unión entre las líneas de alta velocidad que unen Francia, Alemania, Inglaterra y Bélgica, se convertirá en la más grande de Europa cuando, en los próximos meses, concluya su construcción

Si hay una ciudad en la que se puede hablar de vocación europea, esa es Lieja. Situada en Bélgica, país que acoge las instituciones comunitarias, es uno de los más importantes nudos de comunicación de los países más potentes de Europa. En esta pequeña ciudad convergen los principales nodos de la red europea del ferrocarril de alta velocidad que une Inglaterra, Francia, Alemania y Bélgica. En 1996, Euro Liège TGV, convocó un concurso internacional para el diseño de una nueva estación capaz de convertirse en un referente arquitectónico. Finalmente, el proyecto elegido es el de Santiago Calatrava, que ya había trabajado antes con infraestructuras de este tipo, como la estación del aeropuerto Lyon-Satolas, Stadelhofen en Zurich o la estación de Oriente de Lisboa.
Calatrava entiende la estación como un vínculo entre dos distritos de la ciudad que, hasta el momento estaban separados por las vías del tren. El arquitecto ha querido que la característica más destacable del diseño sea la transparencia, para simbolizar su concepción como diálogo urbano con la ciudad. Por esta razón, la monumental cubierta, elemento más singular de la obra, está realizada en vidrio y acero, con elevadas marquesinas de 145 metros por encima de las cinco plataformas. Otra de las características más importantes de las instalaciones, es la ausencia de fachada en el sentido tradicional, consiguiendo una total integración entre el interior y el exterior del edificio.
Las obras del complejo comenzaron en 2000 y, a principios del mes de junio, ha concluido la instalación de la cubierta. La construcción de la nueva estación no interrumpió el tráfico ferroviario, por lo que la construcción de esta parte tuvo que hacerse por tramos, que después eran deslizados progresivamente sobre las vías. Está previsto que las obras no se prolonguen mucho más allá de este verano.
Además de la propia estación, Santiago Calatrava ha sido encargado también de diseñar un proyecto urbanístico para todo su entorno, con el fin de adaptar todo el área de la ciudad a esta nueva construcción, para que no quede aislada respecto a su entorno arquitectónico. De este modo, la estación quedará conectada a la ciudad por medio de un gran bulevar, con láminas de agua y espacios verdes, a lo largo de la pasarela peatonal que cruza el río Mosa.
En la colina situada frente a la ciudad, la parte más visible de la estación es la cubierta, que cumple, así, la función de fachada. Desde esta perspectiva, la construcción destaca entre los edificios de la ciudad antigua, como la catedral, de estilo gótico. La estación será la más grande de Europa y esa es la razón por la que Calatrava la ha diseñado como un edificio visible y que facilite el tránsito al máximo. Un nudo de comunicaciones que unirá los principales puntos del continente, así como las dos zonas de la ciudad e incluso sus diferentes épocas, divididas entre el entorno clásico y la modernidad de la urbe, a la que conduce directamente la estación, como un punto de encuentro entre distintos espacios y también entre distintos tiempos.