Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La inauguración al público del ampliado aeropuerto de Barajas fue un caos: retrasos, fallos en la facturación, ordenadores que no funcionaban, desconcierto en los pasajeros para llegar a sus puntos de embarque... montones de pequeños problemas, como describió el Consejero Delegado de Iberia, Angel Mullor. Quizá esta inauguración fue precipitada, y se necesitan más ensayos. Pero este hecho, que indignó a muchos pasajeros, deberá quedar en mera anécdota cuando la nueva terminal funcione en condiciones normales.
Para Madrid, la puesta en funcionamiento de la ampliación de Barajas es una buena noticia, porque el aeropuerto madrileño pasa a ser el segundo de Europa en capacidad y uno de los primeros del mundo. Un aeropuerto es, entre otras cosas, un motor para el desarrollo de la región en la que está situado. El de Madrid tiene la ventaja, frente a otros aeropuertos del planeta, de su proximidad a la capital, y de estar separado por tan sólo unos pocos kilómetros de los recintos feriales.
La nueva terminal es la conjunción de tecnologías de vanguardia y de criterios modernos de funcionalidad y estética. Una de las innovaciones más notables, y que falló en el estreno, es el sistema automático de tratamiento de equipajes, que permitirá el procesamiento de unos 16.500 equipajes a la hora, y en el que se podrán atender simultáneamente en 174 mostradores de facturación. Para una capital como Madrid en la que el comercio y los servicios ocupan un lugar destacado, la ampliación del aeropuerto permitirá el desarrollo del turismo y de los negocios. Los puestos de trabajo directos e indirectos que proporcionará son una buena noticia para el empleo. Claro que no faltan inconvenientes, provocados por el impacto medioambiental y de ruído que afecta a los vecinos de la zona. Es necesario hacer un esfuerzo conjunto por parte de las administraciones para reducir las consecuencias negativas.
Lo importante es que, salvados los inconvenientes del comienzo, la nueva terminal funcione, y que lo haga bien.