FIRMAS

Entre educación y catástrofe

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La historia humana es cada vez más una carrera entre la educación y la catástrofe”.

Esta frase de H.G. Wells, recogida en una viñeta antológica de Antonio Mingote, puede servir para describir el dilema de nuestras autoridades educativas, que han elaborado un Proyecto de LOE que no soluciona, sino que agrava aún más el problema de la educación en nuestro país.

Una LOE que, de ser aprobada en su redacción actual- lo que no parece probable, después de la gigantesca manifestación del pasado sábado- perjudicaría a la enseñanza en general, pero de forma acusada a las regiones, como Madrid, con un elevado número de inmigrantes.

Sin buscar paralelismos con lo sucedido estos días en Francia, porque todas las comparaciones son odiosas, la integración social de los hijos de inmigrantes sólo se podrá resolver satisfactoriamente con una educación adecuada, que les permita estar en condiciones de igualdad con los restantes escolares. Y esto no puede lograrse sin una Ley que, contemplando las diferencias de partida, establezca las condiciones para que esta igualdad se lleve a cabo. No una Ley, como la que ahora se proyecta, que no incentive el esfuerzo, que iguale a los alumnos en la mediocridad, que haga pasar de curso a los que no han demostrado conocimientos para hacerlo, y que no aliente a los que estudian. Una Ley que no va a resolver el fracaso escolar, en el que nuestro país ocupa uno de los peores lugares en la clasificación mundial.

Estos son los grandes problemas de la LOE, más que la enseñanza de la Religión, que está asegurada para los que desean recibirla, aunque podría perfectamente considerarse como una asignatura más. Necesitamos una educación no partidista, consensuada con padres y educadores, que permita formar a los niños y a los jóvenes para integrarse en la vida social y laboral. Sin dramatizar, es un problema en el que nos estamos jugando el futuro. Si no se resuelve satisfactoriamente, sin enfrentamientos ni sectarismos, nuestra región y nuestro país seguirán debatiéndose entre la educación y la catástrofe.