FIRMAS

Los mensajes de Rato desde Cataluña

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El actual director gerente del FMI se sentó con cien empresarios en el más que lujoso hotel "Casa Fuster" de Barcelona, que la cordobesa familia Osuna, que lo compró y lo regenta, debería mejorar y mucho en su mantenimiento. La cena estaba organizada por Morgan Stanley en colaboración con el BMP que se inventó y mantiene contra vientos y mareas Enrique Lacalle.

Por la mañana, La Caixa había celebrado sus cien años de oficio y beneficio y su presidente, Ricard Fornesa, se había soltado un discurso de los que contentan a todos a propósito del Estatut.

Contentaba a los socios del tripartito que gobierno por aquello de que desde la Generalitat pueden inducir y mucho a su cambio. Y contentaba al resto de los españoles ya que más del 65 por ciento del negocio financiero está fuera de Cataluña y está en peligro.

Un peligro que ya se ha apresurado a afrontar la marca Freixenet, con lamayor catarata de declaraciones de españolidad que uno recuerda desde una empresa privada.
Rodrigo Rato estuvo en banquero multinacional y habló de la preocupante deuda norteamericana, del envejecimiento de la población en todo Occidente, de la necesidad de nuevos y más rápidos cambios en las relaciones laborales, del peligro hipotecario que tienen las entidades financieras en España.

Todo ello desde la tribuna de oradores. Estuvo bien, pero se limitó a describir el paisaje, eso sí defendiendo las actuaciones institucionales frente al libre mercado. A medio camino entre el liberalismo yla socialdemocracia, que es lo que se lleva.

En los corros de antes y después desapareció el director del Fondo Monetario y apareció el político español preocupado por lo que está pasando en nuestro país. Para él el culpable es claro: Zapatero, no Maragall.

El PSOE y el actual Gobierno del PSOE, no la Generalitat, ni ninguno de los socios del PSC. Y por supuesto: lo que está haciendo el PP de Rajoy es defenderse y defender la España que salió de los pactos de 1978.

Delante del ex-presidente valenciano, José Luís Olivas, se mostró categórico:
"No se puede querer dejar fuera del poder al PP a cualquier precio".

Un resumen perfecto de la situación por la que atraviesan los dos grandes partido, y de la necesidad de la oposición de intensificar los esfuerzos contra la política de Zapatero. Y para rematar, la siguiente afirmación:
"No hemos sido nosotros ( el PP ), esta situación la han creado ellos (el PSOE )".

A la izquierda de Rato se sentó el tercer hombre de La Caixa, Fainé; y a su derecha, el editor de La Vanguardia, el conde de Godó, que tal así es como se presenta.

Más a la derecha estaba el contrincante de Cuevas por la presidencia de la CEOE, Rosell, y más a la izquierda, el presidente del santander, Oliu. Y frente al invitado, el conseller Vila, que quiere expropiar las viviendas catalanas que estén vacias.

Mesas en el entorno con Roman Sanahuja, Rafael santamaría, Santiago Aguirre, Manuel Jove, Joaquín Rivero, Hector Colonques, y Enrique García Candelas, los ojos y oidos de Emilio Botín.

Los dos consejeros del Gobierno madrileño, Prada y Granados, escucharon, opinaron y ya han aceptado, lo mismo que Esperanza Aguirre, que sea Madrid el escenario de la gran batalla electoral del 2007, tal y como avanzó Pepe Blanco hace escasos días.

El ex-ministro Piqué, que toca suelo catalán todos los días es de lo más práctico y realista:

"no pasará nada, Esquerra aceptará los recortes, lo mismo que Iniciativa. Y las dudas que tenía respecto a CiU se han despejado tras los dos encuentros de Mas con Zapatero: desde Moncloa le han dado discurso para los próximos 20 años, lo mismo que hizo Felipe con Pujol".

Y todos tan contentos.

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