Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Va a tener razón la presidenta del Gobierno madrileña, Esperanza Aguirre, cuando se queja de que las "cesiones" de suelo que hacia el ministro de defensa, José Bono, a la ciudad de Madrid, no eran tantas ni tan generosas.
Ahora le ha llegado el turno a la venta de la Policlínica Naval Nuestra Señora del Carmen, uno de los edificios institucionales más famosos de Madrid, en la calle Arturo Soria y por donde han pasado miles de marinos.
Es una pena que la Policlínica no haya sido cedida a los madrileños, bien a través de la Comunidad o del Ayuntamiento, bien para añadir un centro hospitalario más a la capital, como el propio Rafael Simancas (PSOE) solicitó que se hiciera con el hospital militar Gómez Ulla -y que Bono acabó aceptando nada más tomar posesión de su cargo, nobleza obliga-, bien para acomodar mejor las desperdigadas instituciones madrileñas, siempre a la caza y captura de edificios emblemáticos para instalar sus poderes.
El Ministerio de Defensa saca ahora a subasta la Policlínica Nuestra Señora del Carmen por un precio de salida de 33,8 millones de euros, pero lo más seguro es que las ofertas lleguen a duplicar esa valoración inicial. Un dineral que irá destinado, no lo dudamos, a cubrir los déficits de nuestros militares.
La Policlínica ocupa actualmente 7.210 metros cuadrados, está desafectada y declarada su alienabilidad desde marzo de 2002. El plazo de presentación de las ofertas vence el 15 de noviembre y dos días después se abrirán las plicas para conocer al ganador. Una pena que Madrid pierda un nuevo edificio muy popular.
Es verdad que el Ministerio de Defensa tiene también muchas necesidades, tal como recordó Bono a la propia Esperanza Aguirre, aclarando que los euros que se sacan de la venta de inmuebles y terrenos se dedican también a subir el sueldo de los militares -que, según el ministro son los peor pagados de toda Europa- y para dar de comer mejor a los soldados, que ya no son reclutas, sino profesionales.
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