El Búho | Lunes 20 de octubre de 2014
El hotel Ritz de Barcelona deberá prescindir por segunda vez en diez años de su reputada marca comercial para volver a denominarse Palace.
Una nueva resolución judicial, en un proceso que ya dura 17 años, insta a la propiedad del histórico establecimiento hotelero, la inmobiliaria Sarasate, de la familia Gaspart, a identificar el hotel con un nombre diferente y otorga la explotación de la marca Ritz a la familia Muñoz Ramonet. Los Gaspart han decidido acatar este dictamen, aunque no renuncian a volver a utilizar algún día la marca Ritz, con la que la mayoría de los barceloneses identifica este emblemático establecimiento de la Gran Vía barcelonesa.
El pleito entre esta dos familias de empresarios lleva en los tribunales desde 1988 y ha pasado por el Tribunal Supremo, la Audiencia de Barcelona y el juzgado de primera instancia. Ya en 1995, Sarasate, filial del grupo Husa, se vio obligada a cambiar de nombre por primera vez y tuvo que rebautizar el hotel con el nombre de Husa Palace.
Pese a la nueva resolución, la empresa ha anunciado que no variará su proyecto de reforma del hotel, al que se comprometió en 1998, cuando recuperó la marca comercial por un acuerdo que contrajo con el propietario de la marca Ritz en España, la sociedad Forte-Meridien, en la que actualmente participa el grupo Omega Capital, propiedad de las hermanas Koplowitz. Esta sociedad, propietaria del hotel Ritz de Madrid y que reclama la explotación de la marca para todo el país, alcanzó un acuerdo con el grupo Sarasate para la explotación de la firma durante diez años con el compromiso de estas reformas, valoradas en 10 millones de euros, y cuya primera fase ya se ha llevado a cabo.
Al margen del litigio entre los Muñoz y los Sarasate, se da otro paralelo entre los mismos Muñoz, que ostenta la marca Ritz Barcelona y Omega Capital, propietaria del Ritz Madrid. Aunque pueda resultar paradójico, la misma sala 15 de la Audiencia de Barcelona emitió hace poco más de un mes un dictamen en contra de Ritz Barcelona a quien no otorga ningún derecho sobre la marca por su mala utilización.