FIRMAS

Una buena política de alquiler

El rincón del curioso/Jorge G. Boró

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Los principales inconvenientes que se le presentan a los propietarios a la hora de arrendar una vivienda son la inseguridad sobre el cobro de la renta, la recuperación del inmueble en caso de impago y la conservación de los mismos. La resolución de estos problemas podría hacer que se pusieran en el mercado muchos pisos que ahora se encuentran vacíos y facilitaría el acceso a la vivienda a jóvenes y no tan jóvenes que, por diversas razones, no quieren o no pueden comprarla.

Así lo ha entendido el Ayuntamiento de Madrid que, a través del Area Delegada de Vivienda, encabezada por el concejal Sigfrido Herráez, ha puesto en marcha la Agencia Municipal de Alquiler, que tiene tres funciones principales: la gestión de alquileres, garantías a propietarios e inquilinos, e información de las ayudas públicas, tanto para la rehabilitación como para el fomento del alquiler.

Este es el camino que debe guiar a otras administraciones, porque es más interesante ayudar a los potenciales inquilinos a buscar una vivienda que se ajuste a sus necesidades, por un lado, y dar seguridad a los propietarios, por otro, que prometer dinero que será muy difícil comprobar después si ha cumplido la finalidad a la que va destinado.

Esta agencia municipal puede cumplir con el fin de poner en el mercado pisos en alquiler a precios asequibles. Espero que sea un buen ejemplo para el Ministerio de Vivienda, que incluyó en su Plan de Choque la creación de una Agencia de Alquiler. En ese Plan se decía que se presentaría al Consejo de Ministros antes del 30 de septiembre pasado un acuerdo de sobre su modelo de gestión y funcionamiento pero, que yo sepa, todavía no se ha presentado nada. Debería darse prisa la ministra María Antonia Trujillo, porque en política es importante cumplir con los compromisos adquiridos. Y más si afectan a materias tan sensibles para los ciudadanos como la vivienda y su acceso a la misma para los sectores de la sociedad con un menor poder adquisitivo.