AUTONOMÍAS

Los residuos de construcción y demolición estarán bajo control

La medida evitará la proliferación de vertederos incontrolados

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El 75% del empresariado gallego del sector de la construcción se muestra conforme con la obligación de depositar los residuos que se generan en esta actividad en lugares construidos especialmente para este uso, tal y como se especifica en el Real Decreto 1481/2001.

Marisa Prado
A Coruña

El 27 de diciembre de 2002 se aprobó el Real Decreto 1481/2001 con el que se pretendía terminar con el problema medioambiental que supone la acumulación de residuos que se generan como consecuencia de la actividad constructiva y de demolición que se realiza en la comunidad gallega.

La medida no sólo prevé multas o la cárcel para aquellas empresas o particulares que depositen los residuos en lugares no autorizados para acogerlos, sino que en la norma se recoge con precisión qué es un residuo de construcción y demolición, el tratamiento correcto que debe dársele y las características y requisitos que debe cumplir un vertedero autorizado.

Con el fin de evitar las posibles consecuencias negativas por el abandono de estos residuos en zonas no indicadas, las empresas y asociaciones de empresarios de este sector se han puesto manos a la obra en la búsqueda de lugares en los que levantar sus propios vertederos.

En busca del ‘ideal’.- Este es el caso de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de A Coruña, Apecco, una entidad que estudia desde hace tiempo la ubicación perfecta para acoger un vertedero de estas características, que debería contar con una superficie de, al menos, 50.000 metros cuadrados, tener una buena comunicación y no estar muy lejos del lugar en el que se produce la actividad, pero tampoco cerca a ningún núcleo urbano.

Para poner en marcha este tipo de iniciativas, los empresarios no deben hacer frente únicamente a la fuerte inversión que requiere la infraestructura, sino también a los costes que supone trasladar los residuos de la actividad a los sitios preparados para ello.

A pesar de estos problemas, el entusiasmo de los empresarios es evidente si nos fijamos en los datos que se desprenden del estudio efectuado por la Escuela de Caminos de la Universidad de A Coruña, que indican que el 70% de las empresas gallegas han recibido la iniciativa de manera satisfactoria, aunque detrás de este clima se vislumbra la preocupación por los trámites burocráticos que deben cumplimentar para efectuar todos los pasos necesarios que lleven los residuos desde el lugar de la actividad hasta el vertedero.

Según el informe, el 75% de los residuos que se generan en un proceso de construcción o demolición es material inerte, que, en la mayoría de los casos, es reciclable. Es el caso de los metales, en los que el 25% de sus componentes es reciclable, mientras que el hierro se tritura para ser reutilizado como base de carreteras o como hormigón, si se trata de grandes vigas.