ENTREVISTA

"Los promotores trabajamos con márgenes reducidos porque escasea el suelo"

Javier Guridi

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Concentrando su actividad prácticamente en el entorno de la Comunidad de Madrid, Boj es una promotora inmobiliaria en pleno proceso de expansión. Su intención es seguir creciendo en tamaño y facturación, como lo ha hecho en los últimos años, hasta convertirse en una de las principales inmobiliarias no cotizadas del país. Eso sí, sin perder una imagen de marca que la compañía que dirige Javier Guridi lleva cultivando desde su creación, y nunca mejor dicho, porque el árbol que identifica a Boj representa la calidad de vida que la promotora quiere ofrecer a sus clientes, caracterizada por bajas densidades y zonas verdes.

- ¿Cómo describiría la actividad que realiza Boj?
- Somos, esencialmente, una promotora inmobiliaria con una distinción clara, y es hacer un tipo de vivienda totalmente diferente, con más componentes de diseño, más zonas verdes y adaptada a las necesidades que demanda la sociedad actual. Además, siempre trabajamos en baja densidad de edificación. Estos objetivos también los trasladamos al sector terciario y al industrial, donde también trabajamos.

Es difícil llevar a cabo este producto comprando suelo finalista, por lo que nos gusta entrar en los proyectos desde su mismo desarrollo urbanístico.

- Entonces, para que os interese un suelo, ¿qué características debe reunir?
- Debe permitirnos establecer un mínimo de zonas verdes, ya sea en el interior o en el exterior. La idea es que el cliente asocie nuestra marca a un tipo de vivienda concreta, crear una filosofía de marca, en definitiva.

- Ya que la empresa apuesta por las zonas verdes, ¿qué opina de las viviendas bioclimáticas? ¿Están interesados en construirlas?
- Creemos que las tecnologías que necesitan este tipo de viviendas son caras para los resultados que dan, no resultan rentables para un promotor. Lo que sí es cierto es que, cada vez más, se tiende a hacer edificios que consuman menos energía, porque políticamente son muy vendibles y socialmente gustan mucho.

- ¿Cómo cree que puede afectar a las nuevas promociones residenciales la normativa del Ayuntamiento madrileño sobre la instalación de energía solar térmica? ¿Implicará un nuevo encarecimiento de los pisos?
- Sólo se trata de medidas políticas que encarecen las casas y que no tienen efectividad. La energía solar es poco rentable porque su mantenimiento es muy caro, pues el sol es un elemento muy destructivo y las placas solares necesitan muchos cuidados.

- Y ¿qué opina de la domótica?
- Ese sí que es el futuro. De hecho, la domótica ya se está usando, en pequeñas proporciones, en la mayoría de los hogares. Es el caso de las alarmas electrónicas. Además, los electrodomésticos de nueva generación ya vienen preparados para ello. Nosotros vamos a apostar por esta tecnología.
- Desde que empezaron a trabajar como promotora inmobiliaria, ¿qué ha cambiado en el sector?
- Yo diría que nos hemos adaptado al mercado. Cuando empezamos todo era más sencillo, porque había más suelo y nuestra ventaja en ese momento era que, al estar empezando, nuestros márgenes eran más pequeños y podíamos acceder a solares de menor tamaño que no interesaban a las grandes promotoras. Sin embargo, ahora todos los promotores, grandes y pequeños, trabajamos con márgenes reducidos porque escasean los solares.

Además, gracias al boom, ha entrado más dinero en el mercado y el sector se ha profesionalizado. Las empresas han apostado por crear imágenes de marca y han optado por contratar profesionales con experiencia probada. Creo que estamos atravesando una etapa muy dulce.

- ¿Hacia dónde cree que se encamina el sector inmobiliario residencial?
- Estamos cerrando un ciclo. Se están produciendo ciertos cambios y el mercado tiende a serenarse porque estaba muy caliente. Eso sí, no se puede hablar de ‘burbuja’. La subida de los precios de la vivienda ha tenido un sustento económico, como los bajos tipos de interés, el crecimiento económico, el baby boom, el ajuste del número de personas por hogar a la cifra europea (del 1,8 frente al 3 español), la huida de la Bolsa del pequeño inversor, el incremento del número de inmigrantes y, por supuesto, el hecho de que España está considerada como la ‘California europea’.

- ¿Qué tendría que cambiar para que a un promotor le resultase rentable construir VPO o pisos en alquiler?
- Lo primero, tiene que cambiar el módulo de VPO, ajustarse a la realidad, porque cuesta más hacerla que el precio que puedes pedir por ella. En cuanto al alquiler, aquí el problema es la inseguridad jurídica existente, porque los plazos son muy largos y las leyes cambian continuamente.

- ¿Cree que el actual nivel de endeudamiento de las familias españolas podría provocar una nueva crisis en el sector que llevase a un aumento incontrolado de la morosidad?
- Las familias no están haciendo un mayor esfuerzo para pagar su casa y los bancos no han variado las condiciones que exigen para conceder una hipoteca, y el Banco de España tampoco lo permite.

El hecho de que suban los tipos de interés tampoco resulta peligroso, ya que sólo pueden hacerlo en un máximo de 1,5 puntos, y no es una subida dramática y sí asumible.

- ¿Por dónde pasan los planes de futuro de la compañía?
- Nuestro principal objetivo es crecer, y tenemos mucho suelo en cartera para conseguirlo. Eso sí, queremos hacerlo sin perder nuestra imagen de marca, por eso no todo lo que nos ofrecen vale. Somos muy selectivos.

En cuanto a cifras, nuestra intención es cerrar el año con una facturación en torno a los 14 millones de euros.

- ¿Dónde se localiza esa cartera de suelo de la que habla?
- Principalmente en la Comunidad de Madrid, concretamente en la capital y en algunos municipios del noroeste, como Pozuelo y Majadahonda.

- Ahora que se están dando numerosos procesos de concentración en el sector, ¿Boj estaría dispuesta a fusionarse o ser absorbida por otra inmobiliaria?
- No contemplamos ningún plan de fusión o absorción, pero tenemos gran facilidad para asociarnos con otras empresas a la hora de realizar proyectos concretos.