Por discrepancias con la ministra
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Boletín Oficial del Estado (BOE) hizo oficial el lunes lo que desde hace semanas era un rumor insistente en los pasillos del Ministerio de Vivienda: la marcha del subsecretario o número dos de facto de María Antonia Trujillo, Javier Mauleón.
Funcionarios del Ministerio de Vivienda aseguran que la marcha de Mauleón se produce debido a sus discrepancias con la ministra Trujillo sobre cómo debe abordarse la nueva política de vivienda. Sin embargo, portavoces oficiales del Ministerio negaron a Cinco Días la existencia de disensiones en el equipo hasta poco antes de que se hiciese oficial el cese del subsecretario.
Mauleón ejercía, de facto, como número dos del Ministerio, ya que el puesto de secretario general estuvo vacante hasta el pasado viernes 1 de octubre. Trujillo ha confiado este cargo a Javier Eugenio Ramos, arquitecto de profesión.
La ministra ha esperado a completar su equipo para dar salida a Mauleón, quien le había presentado en varias ocasiones su dimisión, aunque no le había sido aceptada. Tal y como rezaba todavía ayer en la página web del Ministerio, Mauleón nació en 1949 y es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Abogado en ejercicio, en el año 1987 fue nombrado subsecretario del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Es magistrado y estuvo destinado en los Juzgados de Primera Instancia número 8 de Mataró y número 7 de Barcelona hasta que fue llamado por Trujillo.
Su sustituta en la subsecretaría es Mercedes Elvira del Palacio, licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid y perteneciente al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Ha sido asesora jurídica de la Junta de Castilla y León y subdirectora de Gestión Económico-Administrativa de Turespaña, entre otros cargos. Desde abril, era directora general de la Función Pública en el Ministerio de Administraciones Públicas.
Y es que, tras cumplirse seis meses de la formación del Gobierno, el Departamento que dirige Trujillo sigue sorteando las dificultades propias de un departamento que hasta ahora era sólo una dirección general del Ministerio de Fomento.
'Cuando el Gobierno anunció la creación de un Ministerio de Vivienda no sabía dónde se metía', comenta un alto funcionario del Departamento, afín al PSOE.
Las primeras contrariedades, de carácter logístico, parecen haber sido superadas plenamente. Los problemas se centran ahora en las discrepancias sobre cómo articular la política del Ministerio. 'No se puede salir al día siguiente de tu nombramiento prometiendo cosas para las que sabes que necesitas el consenso de las comunidades y los ayuntamientos', asegura un funcionario.
'Para subir el módulo de la vivienda protegida y actuar de intermediario en el mercado de alquiler, que es lo único que se puede hacer desde aquí, no era necesario todo un Ministerio', subraya otro destacado funcionario.
Los responsables de Vivienda admiten que tiene limitaciones normativas y que precisan del consenso político con todas las administraciones para frenar la especulación inmobiliaria y aumentar la oferta de pisos a precios asequibles. Pero, pese a ello, confían en sacar adelante su ambicioso programa.
El malestar también es palpable en algunos funcionarios que dependen orgánicamente de Fomento, pero deben realizar simultáneamente tareas para Vivienda. Además, se quejan de la actitud de los colaboradores más cercanos de la ministra. 'Con algunos jefes de área no se ha producido todavía un encuentro, ni con la ministra, ni con ninguno de sus asesores. No sabemos cómo debemos trabajar, ni de quién dependemos', explican.