Preguntas con respuesta
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
- En los dos últimos años, Colonial ha mantenido una trayectoria increíblemente positiva, que ha llevado su cotización desde los 12,50 euros, hasta los más de 27 euros en los que se encuentra ahora, lo que supone un ascenso superior al 100%. Sólo en el año, la inmobiliaria se ha revalorizado más de un 42%, partiendo desde los 19 euros, para llegar a los 27 citados.
Es evidente que esta evolución es imposible de mantener indefinidamente en el tiempo. Lo lógico sería esperar que el valor se estabilizase en los entornos de los actuales 27 euros.
Pese a esta más que posible estabilización de la cotización, el valor puede encontrar atractivo por otros motivos, como el reciente anuncio realizado por su consejo, sobre que elevará su rentabilidad por dividendo un 10% anual, hasta 2007. Con esta política retributiva, se intenta paliar el posible parón que sufra la cotización tras la compra de la francesa Société Foncière Lyonnaise.
Así pues, pensamos que Colonial, aunque algo tarde por precio, puede ser una alternativa interesante para carteras conservadoras que no quieran grandes sobresaltos.
- ¿Por qué la publicación de los resultados de una compañía afecta a la cotización unas veces positivamente y otras negativamente a pesar de que la empresa tenga beneficios? ¿Qué es un profit warning?
- Al principio de cada ejercicio, las empresas publican sus resultados y comentan las previsiones para el siguiente ejercicio. A lo largo del año, suelen dar avances trimestrales, pero hay ocasiones en las que la empresa dice que sus previsiones eran demasiado optimistas y que le va a ser imposible alcanzar los niveles que habían estimado. Esto es un profit warning, y es negativo para la cotización del valor, ya que la valoración de la empresa se ha realizado utilizando como referencia estos datos y, por lo tanto, está sobrevalorada, por lo que la cotización desciende.
Por el contrario, si la empresa no ha publicado ningún profit warning, los bancos y firmas de inversión valoran la compañía en función de los resultados. Después ven la cotización y lanzan un precio objetivo de la acción, para luego recomendar comprar o vender ese valor.
Si cuando se publican los resultados, aunque sean buenos (un beneficio amplio con unos ingresos sostenidos y unos gastos ajustados), están por debajo de lo que el mercado había estimado (y estaban descontando en el valor), el valor se ajusta a la baja. Si los resultados son menos malos de lo que se había estimado, el valor subirá.
Por lo tanto, lo importante no es saber si los resultados son buenos o malos, sino si son mejores o peores de lo estimado.