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Llamadas de atención

El rincón del curioso/Jorge G. Boró

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Banco Central Europeo ha vuelto a lanzar una advertencia sobre el aumento de los precios de la vivienda en España, el país de la zona euro donde más subió en 2003, con un incremento del 17,4%, más del doble que la subida media, según los datos de la entidad.

Y según sus propios informes de este año, los precios continúan con fuertes incrementos. El riesgo que ve el Banco Central Europeo es que estas subidas pueden afectar a la marcha de la economía del país. Está claro que en el BCE deben saber de lo que hablan, pero en España esta subida de precios se ha debido, principalmente, a la existencia de una demanda solvente favorecida por las buenas condiciones económicas del país, con unos buenos índices de empleo y unos bajos tipos de interés. Estos últimos siguen en muy buena disposición y los bancos y cajas mantienen la concesión de hipotecas con unos niveles de morosidad situados en mínimos históricos. No hay más que ver los datos del mes de julio dados a conocer por la Asociación Hipotecaria Española en el que la actividad de bancos, cajas y cooperativas aumentó en 13.172 millones de euros, hasta situar el importe de los créditos concedidos en los 849.988 millones de euros.

Otra cosa va a ser el empleo, al que habrá que seguir la evolución en los próximos meses, pues los datos del pasado agosto no fueron nada buenos. Y es difícil que se mantenga la demanda de viviendas de los últimos años si baja la confianza en el empleo. Por lo que es de esperar que el Gobierno se empeñe en mantener la línea descendente que ha tenido el desempleo en los últimos años en nuestro país, por un lado, y en poner en marcha una política de vivienda que no ponga en riesgo el buen momento del sector inmobiliario, a la vez que apoya a las familias con una mayor dificultad de acceso a la vivienda en el mercado libre. Este debe ser el principal empeño del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y lo debe hacer cuanto antes, para no generar más incertidumbre en los potenciales compradores de vivienda y en las empresas y agentes del sector inmobiliario.