FIRMAS

Chinos en Madrid

Villa y corte/Alberto Delgado

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El otro día, paseando por el madrileño barrio de Chamberí, en la zona próxima a Nuevos Ministerios, pasé por tres establecimientos prácticamente iguales en presentación y contenido, separados por unos cientos de metros de distancia. Tres tiendas pequeñas en las que se almacenaban bebidas y refrescos en frigoríficos, bocadillos, golosinas. Al frente de estas tiendas, jóvenes matrimonios chinos atendían con amabilidad a los clientes, sin perder la sonrisa, ni dominar nuestro idioma, pero dominando a la perfección los cambios.

Me imagino que no serían propietarios, sino asalariados. Un ejemplo de la invasión pacífica y comercial de China en la capital de España.

Esto, que es comprobable en el barrio de Chamberí, tiene su máxima expansión en Lavapiés. Además de la alimentación, el comercio textil y los restaurantes son las actividades preferidas por la población china en Madrid, que silenciosa y progresivamente se están haciendo con muchos locales comerciales por el eficaz sistema de no regatear en los precios y pagar al contado.

En el capítulo de la inmigración extranjera, que ha sido un estallido en nuestra capital en los últimos años, los chinos constituyen un sector importante, no tanto en número como en especificidad. Se unen a los procedentes de Iberoamérica, el Magreb y Centroeuropa. Con papeles o sin papeles, explotados o no por mafias, hacinados en sus lugares de trabajo, amontonados en pequeñas viviendas, los chinos consiguen elevados índices de productividad, por el sencillo procedimiento de trabajar el doble y cobrar la mitad.

Hasta dónde llegará su expansión es difícil de predecir. La inmigración, tan conveniente y necesaria por tantos motivos, debe tener unos límites, entre otras cosas para poder resolver los problemas de integración que, en casos de poblaciones tan diferentes en cultura, idioma, costumbres y modo de vida, como ocurre con la población china, son difíciles de abordar.
¿Hasta qué punto podrá Madrid asimilar e integrar el aluvión de inmigrantes? La respuesta, hoy por hoy, es difícil de predecir.