Hacia la Olimpiada

Los madrileños, como los españoles en general, hemos vivido unas jornadas pendientes del televisor con motivo de los Juegos Olímpicos celebrados en Atenas. Para una ciudad candidata a las Olimpiadas de 2012 la comprobación de la organización griega puede servir de mucho. Los Juegos son una catapulta para la expansión de una ciudad.

En el deseable avance hacia el desarrollo, la celebración de unos Juegos representa, más que un paso, un salto de gigante, no sólo en infraestructuras y equipamientos, sino también en la proyección de la imagen internacional de una ciudad. Los chinos han tomado buena nota, y están lanzados en los preparativos para 2008. Todo hace pensar que tratarán de superar un listón que los griegos han puesto muy alto.
¿Y Madrid? Nuestro alcalde ha estado en Atenas, y ha podido observar cómo se afronta este tipo de acontecimientos. Hasta el 6 de julio del año que viene no sabremos si nuestra candidatura se impone a otras tan fuertes como París. Pero tenemos que prepararnos como si ya fuéramos candidatos, porque lo que se avance en proyectos de construcciones deportivas, accesos o alojamientos tendrá validez aunque al final no se nos conceda la celebración.

Y hay algo a lo que no se le está dando la debida importancia, y ha sido fundamental en los recientes Juegos de Atenas, como lo fue en 1992 en Barcelona: el voluntariado. Sin la ayuda desinteresada y entusiasta de los voluntarios todo esfuerzo económico resultará insuficiente. Pero al voluntariado no se llega por generación espontánea, sino que es el resultado de una profunda convicción, por parte de hombres y mujeres, jóvenes y maduros, de que se está trabajando por una idea que merece la pena. Al voluntariado se le motiva con el ejemplo por parte de los responsables de la organización de un acontecimiento de la magnitud de la Olimpiada.

No hay que adelantar acontecimientos, pero es importante que la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2012 no sólo se base en un deseo oficial, sino también en la ilusión colectiva de los madrileños.