FIRMAS

El viaje publicitario del Metro Ligero

pasaba por allí/Olga Heras

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Sigilosamente, pero con premeditación y alevosía, Esperanza Aguirre acaba de colar un gol en la portería de ese compañero y “amigo” de más de veinte años que la antecedió en el Ejecutivo autonómico, de nombre Alberto Ruiz-Gallardón.

El pulso continuo que mantienen ambos mandatarios populares tuvo hace unas semanas un nuevo episodio, el del transporte, en el que la presidenta de la Comunidad de Madrid venció por la mano al regidor de la Casa de la Villa, favorable a que el Metro sea subterráneo y no en superficie.

Con grandes dosis de vaselina, y haciendo uso, una vez más, de su conocida mano izquierda, Ignacio González y Francisco Granados, escenificaron en la capital del Sena los planes del Gobierno regional de ese tren ligero, tantas veces denostado por Ruiz-Gallardón. Que el marketing funcionó, no hay ninguna duda. Pocos, de esa treintena de personas que integraban la comitiva de Granados, lograron poner un solo ‘pero’ al proyecto de Aguirre, que consiguió una máxima publicidad por la “módica” cantidad de 30.000 euros que costó el viaje al país galo, desembolsados por Mintra, esa empresa que, para más inri formó Ruiz-Gallardón para construir el Metrosur.

El viaje, de carácter oficial ,organizado por la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid y auspiciado por el ex presidente de la EMT, Tomás Burgaleta (actual colaborador de Transdev, empresa que aspira a gestionar este Metro), trasladó a París y Montpellier a una treintena de personas, entre ellas 12 altos cargos del Gobierno autonómico: el consejero del área, Francisco Granados, el consejero de Presidencia, Ignacio González, el gerente del Consorcio de Transportes, José Manuel Pradillo, el consejero delegado de Mintra, Jesús Trabada, así como a los portavoces en esta materia de cada grupo parlamentario, Pablo Morillo (PP), Miguel Reneses por IU, si bien José Quintana (PSOE) se descolgó en el último momento de la expedición por problemas de agenda.

Un nutrido grupo de miembros de la Administración a los que hay que sumar a las responsables de comunicación de la Comunidad, Isabel Gallego y Elena Mohino, que regresaron, al igual que González, a la mitad del viaje, pues el “trabajo” ya estaba hecho y el proyecto se vendía como dulces rosquillas a los 18 representantes de distintos medios de comunicación, invitados para dar fiel testimonio escrito, visual y radiofónico de las futuras actuaciones del Ejecutivo regional.

Tres días y dos noches en hoteles de tres estrellas, con sus dos cenas y dos comidas aparejadas, duró este periplo francés, que costó a las arcas autonómicas algo más de mil euros por persona. Pero la campaña de imagen, y más si es en París, bien valía esta misa, sobre todo, si se satisface también a la oposición, que en ningún momento ha dicho ‘esta boca es mía’.

Un viaje idílico, perfecto, al decir de muchos, salvó por ese penalty de Miguel Reneses, que ha merecido tarjeta y casi expulsión por parte de Izquierda Unida. La rocambolesca actuación de Reneses, que decidió ir acompañado a la expedición francesa de una supuesta “asesora” de IU, que más tarde haría pasar por la periodista de un medio de comunicación inexistente, ha hecho que la sui géneris campaña de imagen de Aguirre se trastocara en polémica y se acabara hablando más de la crisis de IU que del Metro ligero.

El “grave error” cometido por Reneses, según reconoció él mismo, le ha llevado a afrontar un “juicio sumarísimo” por parte de sus compañeros de grupo en la Asamblea de Madrid, que solicitaron su inmediata dimisión como diputado, algo que sería ratificado después por la Ejecutiva regional de IU-CM.

La resistencia de Miguel Reneses a presentar su dimisión y ceder el acta de diputado ha hecho que el ultimatum lanzado por la Ejecutiva regional (en el que se le daba un plazo de 48 horas para presentar la renuncia) haya quedado reducido a un ejercicio de retórica, avivando el soterrado enfrentamiento que mantienen las corrientes de la coalición desde el pasado 14-M.

Reneses, miembro de la dirección federal, ha solicitado que sea ésta quien se pronuncie sobre si debe o no renunciar al cargo de diputado, lo que ha dejado en suspenso las acciones que Fernández había anunciado contra él en caso de no dimitir, entre ellas la de su expulsión de Izquierda Unida.

Una larga cambiada, sin duda, la del ahora vilipendiado diputado, gracias a la cual conservará el acta de señoría en el Hemiciclo vallecano hasta que se pronuncien los órganos federales de la coalición. A Fausto Fernández sólo le ha quedado la posibilidad de actuar de forma contundente contra Reneses en el apartado institucional, cesándole de las responsabilidades que desempeñaba en el grupo parlamentario como miembro de la Diputación Permanente de la Cámara, así como de la de portavoz adjunto y portavoz de Transportes y Economía de la coalición. Responsabilidades todas ellas que le han sido retiradas en virtud de un supuesto uso irregular de fondos públicos (emolumentos que el inculpado asegura que devolverá), aunque Reneses permanecerá como portavoz adjunto en la Comisión de Presidencia, dado que el propio reglamento de la Cámara obliga a cada diputado a estar adscrito, al menos, a una comisión.

Fernández convocará la presidencia regional después de las elecciones, una reunión que se prevé conflictiva y en la que se reprochará al coordinador regional su dilación en hacer cumplir lo acordado por la Ejecutiva IU-CM, así como que se encontrará, al parecer, haciendo campaña en Alicante cuando cumplía el plazo de las 48 horas.