FIRMAS

Exprimir el alquiler

Gema Fernández

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Muchos barceloneses han puesto de moda una práctica para sacarle todo el jugo a sus segundas viviendas. No se trata de venderlas a casi el doble del precio por el que se compraron, ni de alquilarlas por la cifra que supone la mensualidad de la hipoteca del nuevo piso, sino de arrendar las habitaciones por separado, eso sí, con derecho a cocina y baño, o por días, como si de un hotel se tratase.

Así, las casas de la capital catalana se están convirtiendo en clásicas pensiones, pero sin una casera perenne en la puerta ni haciendo ricos guisos, donde principalmente moran inmigrantes.

El boom turístico que ha experimentado la Ciudad Condal en los últimos años, primero por la celebración del año Gaudí y ahora por acoger el Fórum, le ha abierto los ojos a más de un inversor avispado, que ha decidido poner en el mercado de alquiler su piso, si está bien situado mejor, por módicos precios y por cortos espacios de tiempo, lo que parece ser más rentable. Así, por un piso de unos 100 metros cuadrados en la zona del Eixample se pueden ingresar hasta 6.000 euros en un mes, si se es un buen comercial o se tiene un buen gancho turístico, como la cercanía al centro de la ciudad.

En muchos casos, ni siquiera es el propietario del piso quien lo arrienda, sino que muchas agencias se prestan ya a servir de intermediarias en este floreciente, y eventual, negocio. El problema es que muchas de estas pseudoempresas, nacidas al calor del boom, no cuentan si quiera con licencia de actividades económicas. Ya se sabe, con las vacas gordas llega el negocio, y también el fraude.