España sólo ha invertido en este país 250 millones de dólares de los 30.000 millones que han llegado en los últimos años
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La promoción inmobiliaria, el sector de la construcción, la generación de energía o la protección del medioambiente son las principales oportunidades de negocio para las empresas españolas que quieran invertir en Hungría, uno de los diez países que acaban de entrar en la UE y que presenta un considerable potencial de crecimiento para los próximos años.
Con un nivel de desempleo del 5,6% y un ritmo de crecimiento del 4,5% en los últimos años, Hungría se convierte en uno de los países de la ampliación con mejores condiciones macroeconómicas para entrar en el país y en un momento en el que se están aplicando importantes reformas estructurales y privatizaciones, que dejan atrás los años del intervencionismo comunista
Péter Spányik, director general de 'The Hungarian Investment and Trade Development Agency (ITDH), institución estatal que promueve inversiones y el comercio bilateral de Hungría con otros países, indicó que el momento actual es "óptimo" para entrar en el país, y señaló al sector de la construcción como la actividad más importante para invertir, dados los proyectos del Gobierno húngaro para la construcción de carreteras y nuevas redes de transporte.
Según Spányik, la protección del medio ambiente, aunque se trata de una actividad bastante marginal entre las empresas del país, se convertirá en los próximos años en un mercado muy atractivo, ya que Hungría, como miembro de la UE, deberá ir aproximándose a los estándares europeos de calidad y respecto al medioambiente. La generación de energía alternativa es otro de los sectores con más futuro.
Pese al potencial de crecimiento de Hungría, la inversión española en el país ocupa actualmente una posición marginal y sólo supone 250 millones de dólares de los más de 30.000 millones que han llegado al país en los últimos años. De hecho, la presencia de empresas españolas en Hungría no va más mucho más allá de compañías como el SCH, que tiene una participación accionarial del 10 por ciento en un banco local, Funespaña, el Grupo Uralita, Cortefiel, Bodegas Bega Sicilia (Grupo Eulen), Soluziona o Max Plastic.
En cambio, en Hungría existen más de 32.000 empresas extranjeras y de las 50 multinacionales del mundo, 30 tienen algún centro de negocio en el país, como es el caso de Audi, Suzuki, Philips, Nokia, Ericsson o General Electric. De hecho, las inversiones extranjeras directas en Hungría fueron el 5,3% de las inversiones totales mundiales, mientras que en España, que es cuatro veces mayor, fueron del 6,4%.
"Si España no forma parte de los inversores en esta zona, nuestra posición comercial, sin hablar de la política, quedará completamente marginalizada y ello será irrecuperable a medio plazo", subrayó el socio-inversor para España de HispamerInvest (empresa española de consulting de inversión en Hungría), Carlos Junquera, que, no obstante, indicó que en el último año ha empezado a haber un mayor interés por parte de las empresas españolas.
Junquera consideró a Hungría como el "alumno aventajado" de los 10 países que acaban de entrar en la UE, y destaca la situación geográfica del país, fronterizo con siete países, de los cuales cuatro (Rumania, Servia, Croacia y Ucrania) no están todavía en la UE. "El empresario español tiene una oportunidad de oro de entrar aquí y desde este país llegar con comodidad a otros siete", resaltó.
El directivo de HispamerInvest indicó que el sector inmobiliario es uno de los que más futuro tendrá en el país en los próximos años, debido a que los húngaros, al igual que los españoles, tienen una tradición muy arraigada de tener en propiedad la vivienda habitual.
"Ahora se está construyendo mucha vivienda y se está comprando suelo estratégico, por lo que es bastante probable que se produzca un boom inmobiliario como ha sucedido en España", añadió Junquera, que recuerdó también los cambios que se van a introducir en la Ley Hipotecaria para facilitar a los bancos el cobro de posibles impagos.
Junto con la promoción inmobiliaria, indicó que la construcción de obra pública es otra de las oportunidades de negocio para las empresas españolas, y afirmó que está prevista la construcción de 1.000 kilómetros de autopistas en 2005, la renovación de toda la red secundaria de carreteras y un nuevo plan hidrológico y medioambiental.
Además de la expansión de ciertos sectores, Hungría será uno de los países que recibirá a partir de 2007 el grueso de los fondos estructurales que hasta ahora recibía España, por lo que es una buena oportunidad para los empresarios españoles aprovechar el dinero procedente de la UE para financiar los nuevos proyectos.
En este sentido, el subsecretario de Negociaciones e Integración de Hungría, Istvan Major, se quejó de que a los 10 nuevos países, de los que 8 son ex comunistas, no se les puede decir que se recortan los fondos europeos porque pueden sentirse "frustrados" por su entrada en la UE. Para Major, existen "muchas posibilidades" para los empresarios españoles, a los que anima para diversificar sus inversiones más allá de Latinoamérica.
A pesar de ser un país receptor de capital extranjero, Hungría presenta todavía algunos desequilibrios macroeconómicos de cierta magnitud, como el déficit público, que alcanza el 5,6% del PIB, o la deuda externa, que asciende a 43.000 millones de euros. Además, está sufriendo, al igual que otros países de Europa Central y del Este, la segunda oleada del proceso de deslocalización de inversiones hacia países de Asia como China o Vietnam, con costes todavía más bajos.