pasaba por allí/Olga Heras
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Partido Popular ha comenzado el desalojo del poder (en torno a 3.000 despachos esperan nuevos inquilinos), y el PP de Mariano Rajoy, pasados los momentos de estupefacción por los resultados electorales, afronta la nueva etapa desgranando cargos y nombramientos como si de confeccionar un gobierno se tratara. Se trata de recomponer el gesto, aunque en la trastienda popular, en concreto la madrileña, surgen nuevos grupos y lealtades ante los nuevos ámbitos de influencia que se perfilan. En espera de oficializar su destino (FMI, Europa o la presidencia de un banco), Rodrigo Rato abandona el paisaje regional y su marcha ha provocado una total desmembración de sus fieles, que no sólo han perdido el espacio político que tenían, sino que, además, ven peligrar su trabajo.
El PP madrileño, cuyas riendas sigue llevando Pío García Escudero, ha quedado diezmado en ese “nuevo” organigrama de partido, perdiendo a algunos de sus más significativos nombres.
La otrora todopoderosa Ana Mato (obligada a emprender camino europeo tras el desastre electoral), Mercedes de la Merced (más interesada en Caja Madrid que en el Congreso, decisión que le ha valido enconadas críticas por parte de sus compañeros de partido) o José Manuel Fernández Norniella y Ricardo Romero de Tejada, son algunos de los rostros que, tras años manejando el entramado madrileño, han quedado relegados a un segundo plano en el establisment que ha comenzado a fraguarse (copado, dicho sea de paso, por ex ministros y ex asesores de Aznar).
Si en los dos primeros casos, su retirada del escenario político madrileño es clara, el futuro de Fernández Norniella (presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio) y del controvertido Romero de Tejada, está menos definido. Ambos han sido los hombres de Rato en Madrid, y su continuidad está en estos momentos más que comprometida, sobre todo en lo que respecta al secretario general de los populares madrileños (saeteado por los socialistas en el escándalo de la Asamblea). Unas horas bajas que, según se dice, han llevado a Romero de Tejada a intentar blindarse en la consejería que ostenta en Caja Madrid y el cargo en Transmediterránea.
En este mapa de incertidumbres y fluctuaciones, los poderosos “monclovitas”, Carlos Aragonés, Miguel Angel Cortés, Alfredo Timmerman y Juan Carlos Vera intentan tomar el control del PP de Madrid, en un ambiente de tensión en el que también se han desatado las ambiciones de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, ambos deseosos de convertirse en los nuevos presidentes regionales del partido.
Tanto la presidenta de la Comunidad como el alcalde del Ayuntamiento capitalino mantienen un duro enfrentamiento por abrirse paso en Génova, aunque, en principio, Aguirre parece estar mejor posicionada para conseguir la presidencia. Si finalmente Gallardón queda fuera de la pelea (según se rumorea, el regidor madrileño está aislado en el partido), podría intentar cerrar el paso a su adversaria proponiendo como candidato a Pío García Escudero, quien, pese a sus deseos de abandonar esta responsabilidad, podría continuar en el cargo, dado el deseo explícito mostrado por Rajoy para que permanezca.
Otro punto de fricción en el PP de Madrid será la designación de un nuevo secretario general, puesto que Rodrigo Rato reclama para uno de sus hombres, aunque el cada día mayor protagonismo que están adquiriendo los alcaldes de la Comunidad, puede hacer que finalmente sea uno de ellos el designado para sustituir a Romero de Tejada. Entre los nombres que se barajan destaca el de Luis Partida, regidor de Villanueva de la Cañada y actual presidente de la Federación Madrileña de Municipios, un hombre de consenso que puede concitar apoyos diversos.
Aunque los nuevos equilibrios que se generen en Madrid van a estar sujetos a los resultados de las elecciones europeas y del próximo Congreso Nacional que el PP celebrará a mediados de septiembre (los compromisarios se elegirán en julio y agosto), lo cierto es que en estos momentos los populares madrileños pasan por un momento de gran crispación, en el que el eterno aspirante a tomar las riendas y el liderazgo del partido, Alberto Ruiz-Gallardón, habría quedado fuera de juego, blindándose del vendaval que sacude a su partido con el pequeño sanedrín que le acompaña en la Casa de la Villa; es decir, Manuel Cobo, Juan Bravo, Pedro Calvo y Pilar Martínez. El resto de su equipo de gobierno no tiene, al parecer, ni voz ni voto, incluida la mismísima Ana Botella.