Gema Fernández
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Muchos son los que compran una casa con hipotecas de hasta 30 años cuando ya han superado la treintena, pensando en que ésta les servirá de seguro en su jubilación. Y parece que las entidades financieras comienzan a ver un negocio en ofrecer liquidez a los jubilados empleando para ello el patrimonio inmobiliario acumulado durante la vida activa de una persona. Una de las propuestas, muy implantada en Estados Unidos, es la denominada ‘hipoteca inversa’.
Este sistema consiste en que el beneficiario cobra una renta garantizada con un préstamo hipotecario sobre una vivienda -tasada con un valor futuro estimado-, que no se pagará hasta el final del plazo de amortización, junto con los intereses acumulados. Una vez vencido el crédito, se pueden dar varias opciones: que el banco o caja de ahorros que lo hayan concedido ejecute la hipoteca, o bien que el titular o sus herederos salden la deuda. Hay que tener en cuenta que si el titular fallece antes del vencimiento del crédito, la deuda a saldar equivaldrá a la suma de la que haya dispuesto más los intereses.
Más de 100.000 jubilados estadounidenses emplean ya esta fórmula subvencionada por el Gobierno, que también funciona en Canadá, Australia y el Reino Unido.
En España, la mayoría de los jubilados son dueños de su casa y ya no pagan hipoteca. Tienen, por tanto, un activo con valor creciente logrado con esfuerzo y del que no sacan rendimiento en la vejez. Por eso, los expertos opinan que este modelo podría triunfar, siempre y cuando recibiese el apoyo de las administraciones, que podrían subvencionar los tipos de interés como en el caso de la VPO.