así lo veo

Arquitecto.Un confeso seguidor de las ciencias y los números, fue su vena más creativa la que le empujó a estudiar Arquitectura. Mies Van der Rohe y Le Courbusier fueron su inspiración y Sainz de Oiza un profesor al que admira. Como buen profesional, cree que los edificios emblemáticos mejoran la imagen de una ciudad y la dan a conocer en el exterior.

Maestro.
La enseñanza es otra de las grandes vocaciones de Francisco Manuel Sánchez. De hecho, ha impartido clases como profesor en la Universidad Complutense de Madrid, en la San Pablo CEU, en la Escuela de Organización Industrial EOI-América y en el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Su objetivo: mostrar los errores para que se puedan evitar.

Hogareño.
Una de sus virtudes: trabajar sin horas, le lleva a lo que él confiesa como su gran defecto: no dedicarle el suficiente tiempo a su familia. Y es que al presidente de Fiabci le gusta estar en compañía de sus hijos, con los que suele ir a la parcela a recoger los tomates y pepinos que ellos mismos han plantado. Leer es otra de sus grandes pasiones.

Las contradicciones.
A Francisco le gustaría viajar a Japón, un país al que admira por su cultura y por el que también siente un interés profesional. En las últimas cuatro décadas, esta nación ha tenido un enorme desarrollo inmobiliario, pero hacia el cielo. Sánchez explica que los japoneses no entienden cómo en España puede ser tan caro el suelo con todo el que tenemos.