Inmobiliario y construcción son los dos sectores básicos de la pujanza económica de España
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Los ocho años de “reinado” de José María Aznar han coincidido con un extraordinario crecimiento de las empresas de los sectores de la construcción e inmobiliario. Las grandes obras de Fomento y la demanda de viviendas han sido la causa de este periodo de ‘vacas gordas’. No parece, sin embargo, que José Luis Rodríguez Zapatero vaya a romper esta actitud del Gobierno central, ya que los dos sectores son la base de la economía nacional, y muchos de los empresarios ya crecieron durante los ejecutivos de Felipe González, aunque algunos son producto directo de la era aznarista.
Rafael Gómez Parra.
Madrid
Florentino Pérez, el constructor de moda en España, habla poco, pero algunas de las frases que se le adjudican han pasado a la historia. La primera fue cuando dijo “el ladrillo da lo que da”, cuando todas las empresas del sector comenzaron a diversificar sus negocios. La segunda, hace poco, mencionaba la relación entre la política y el negocio de la construcción, a propósito de su poca o nula intención de salir fuera de España: “la política y la construcción tienen que llevarse bien para tener éxito”.
Florentino Pérez es hoy el empresario más destacado de la etapa de José María Aznar y el PP al frente del gobierno. Aunque sus primeros negocios con la construcción vienen desde el año 1983, cuando compró Constructora Padrós, siendo uno de los avalistas más importantes de la Operación Roca a la presidencia del gobierno, la realidad es que su ascensión comenzó en 1992, cuando sustituyó a Jesús Roa al frente de Ocisa, por estar éste último implicado en el “caso Ollero” (comisiones ilegales en las obras de las carreteras andaluzas). Y su entrada en el Olimpo empresarial data de marzo de 1997, cuando se hace con la constructora estatal Auxini, privatizada por Rodrigo Rato y Rafael Arias Salgado. De la fusión de Auxini, OCP y las empresas de Ginés Navarro, nació la actual ACS.
El presidente del Real Madrid ya vivió, sin embargo, una curiosa “travesía del desierto” hace cuatro años cuando Aznar nombró a Alvarez Cascos ministro de Fomento, en sustitución de Arias Salgado. Cascos no ocultó su poca simpatía por Pérez, que vió cómo a ACS se le recortaban las adjudicaciones a favor de otras empresas. Sólo el hecho de que Cobra, la empresa eléctrica del grupo ACS que ha estado trabajando en el AVE Madrid-Barcelona, estuviera ligada a la italiana Ansaldo, evitó que Cascos hiciera recaer toda la culpa del retraso del tren de alta velocidad sobre la cabeza de Pérez. Pero Ansaldo estaba bien protegida por el presidente italiano Silvio Berlusconi y por los buenos oficios del yernísimo, Alejandro Agag.
Florentino Pérez ha alcanzado, sin embargo, una posición casi intocable en el universo empresarial español, aunque es verdad que no consiguió que José Luis Rodríguez Zapatero apoyara la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, a pesar de invitarle al Palco en varias ocasiones, y hasta regalarle camisetas del club blanco (Zapatero reconoció en una ocasión que él y sus hijas eran del Barça), a través de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Las presiones, siempre corteses de Florentino Pérez, sobre Matilde Fernández, portavoz socialista en la Comisión de Urbanismo de la capital madrileña, fueron tan intensas, que la propia dirigente del PSOE preguntó a Zapatero cuál tenía que ser la postura del partido en este caso, a lo que el secretario general contestó que la que le pareciera conveniente a la agrupación madrileña, dirigida por Rafael Simancas.
Transición generacional.- Los Entrecanales, en cambio, nacieron y se consolidaron como empresarios de la jet madrileña y española justamente durante los trece años del “reinado” de Felipe González. Los dos hermanos, José María y Juan, proceden de una antigua familia de constructores: Entrecanales y Távora, fundada en 1931 por su padre, el ingeniero José Entrecanales Ibarra. Tras pasar por unos malos años en la década de los 80, recobraron con mayor vigor su puesto en el sector, coincidiendo con los primeros años de los gobiernos socialistas.
Ahora, la empresa familiar, Acciona, está viviendo una delicada etapa de relevo generacional, donde los dos hermanos van a ser sustituidos por sus respectivos hijos: José Manuel Entrecanales Domecq, y Juan Ignacio Entrecanales Franco, ambos “criados” en el mundo empresarial de la época dorada de Aznar y el PP.
Inalterable ante los cambios.- La familia Del Pino tiene ya muy avanzado el relevo generacional, y Rafael hijo lleva ya tres años al frente del consejo de administración de una de las principales empresas constructoras españolas.
Ferrovial ha superado siempre con éxito todos los cambios políticos, aunque con el primer ministro de Fomento popular, Rafael Arias Salgado, tuvo algunos roces cuando éste último concedió la cuarta licencia de telefonía móvil UMTS a la Xfera de Florentino Pérez, frente a la opción de Uni2, donde figuraba como socio Ferrovial. La llegada al Ministerio de Francisco Alvarez-Cascos sirvió para superar el contencioso, y Rafael del Pino junior retiró la demanda que la empresa había interpuesto en la Audiencia Nacional contra las concesiones de Arias Salgado.
Camaleona política.- La empresaria Esther Koplowitz siempre ha estado ligada a la derecha española, aunque durante el mandato socialista de Felipe González su principal asesor fue Guillermo Visedo, un hombre moderado que supo llevarse muy bien con Miguel Boyer, primer ministro de Economía del PSOE (1982-84), al que luego colocó en la Cartera Central cuando tuvo que dejar el gobierno. Otro dirigente socialista, Oscar Fanjul, ex presidente de Repsol, pasó a convertirse en asesor de la hermana de la principal accionista de FCC, Alicia Koplowitz, cuando otro de sus hombres, Alfonso Cortina, presidente de Portland Valderribas, le sustituyó en 1996 al frente de la petrolera.
No se le puede pedir más “camaleonismo” político a la Koplowitz. En 1999, ya en plena euforia del PP, la heredera de FCC sustituyó a Visedo por Marcelino Oreja, ex ministro de Exteriores de la UCD, convertido al aznarismo, en cuya etapa fue comisario europeo.
La dueña de FCC está inmersa actualmente en una delicada operación: la salida de Veolia (antigua Vivendi) del capital de la constructora, cosa que la hace mucho más vulnerable a los cambios políticos que a sus competidores.
El ex político.- Juan Miguel Villar Mir fue vicepresidente del Gobierno y ministro de Hacienda en el último Ejecutivo antes de dar comienzo la transición española (1975-76). Su trayectoria ha estado, desde entonces, íntimamente ligada a sus empresas particulares. En 1987, coincidiendo con la reestructuración de la siderurgia española y de los astilleros, bajo el mandato de Felipe González y Carlos Solchaga, Villar Mir adquiere Obrascón, una de las filiales de Altos Hornos de Vizcaya, de la que pronto se convertiría en presidente.
La fusión con Lain y Huarte, que dio lugar a la actual OHL, se produjo ya en plena época de Aznar, con la colaboración de otro ingeniero y ex alto cargo gubernamental, Enrique de Aldama, que dejó la construcción en el año 2000 para dedicarse a los negocios de Internet, donde no tuvo mucho éxito. Rodrigo Rato le fichó como presidente de la Comisión para la Transparencia de los Mercados tras el escándalo Gescartera
Al margen de los sucesivos cambios políticos, Villar Mir se ha mantenido en la cola de los grandes del sector, pero sin perder comba y sin dejarse comer por los peces grandes. En las semanas previas a las elecciones generales, el ex ministro ha aumentado su capital en OHL, que en estos momentos llega al 45% del total de las acciones, y ha vendido la filial de medio ambiente a Corsán Corviam.
Inmobiliario Espacio, también de su propiedad, compró el terreno para una de las cuatro torres que se van a edificar sobre la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Ocultos tras el ladrillo.- Las familias Corsini y López Bosch a la que no le gusta mucho la publicidad, es la propietaria de la sexta constructora nacional, Corsán Corviam, que en la era de Alvarez-Cascos ha sido una de las más beneficiadas por las adjudicaciones, una vez que el ministro de Fomento anunciara su deseo de que se diversificaran las obras públicas, que hasta entonces habían sido otorgadas a los cinco grandes: Ferrovial, FCC, ACS, Dragados y Acciona.
La última concesión a los Cavestany-Corsini ha sido la autopista de Toledo, adjudicada justo un mes antes de las elecciones generales.
Ante la jubilación.- José Manuel Loureda se jubila este año al frente de Sacyr Vallehermoso. Su salida coincide, por la casualidad de las fechas, con la marcha de Aznar, de la misma manera que el crecimiento de la constructora comenzó con la llegada del Partido Popular al poder, aunque ya con anterioridad la empresa, creada por varios ingenieros, salidos en su mayor parte de Ferrovial y de FCC, había tenido un destacable crecimiento en los últimos años del PSOE. Pero fueron las grandes obras, como el aeropuerto de Barajas, de Rafael Arias Salgado, y las nuevas autopistas las que convirtieron a Sacyr en la empresa más productiva del sector.
Loureda será sustituido este año por alguno de los actuales hombres fuertes del grupo SyV. Luis del Rivero, y Juan Abelló, ambos compañeros de Palco y de directiva del Real Madrid, son los mejor colocados.
La compra de Vallehermoso al SCH ha aumentado las expectativas de la empresa revelación de la última década, que podría aspirar a convertirse en el principal socio de Esther Koplowitz en FCC si es elegida para comprar las acciones de Veolia.
Uno de los grandes accionistas de SyV, Fernando Martín (Martinsa) ha visto quebradas sus ansias de codearse con los grandes.
El luchador.- El otro gran vencedor de mil batallas en la última década ha sido Joaquín Rivero, que, con el apoyo de los hermanos Valls Taberner (Banco Popular) y varias cajas de ahorro, ha conseguido desde la modesta Bami comerse al pez gordo: Metrovacesa, que era una de las joyas del BBVA.
Desde su independencia, Rivero mantuvo sus confrontaciones con empresarios ligados al PP, como el propio César Alierta, que vió cómo Rivero le arrebataba la posesión de Inmobiliaria Zabálburu cuando estaba al frente de Tabacalera. Y, finalmente, tuvo que hacer frente a la OPA hostil de los italianos Caltagirone y Marchini, de quien se dijo que venían avalados por el yernísimo, Alejandro Agag.
La revelación.- Fadesa ha sido otra de las inmobiliarias revelación de los últimos ocho años de gobierno popular. Manuel Jove está a punto de culminar ahora uno de sus sueños: la salida a Bolsa. Hoy la empresa gallega se ha convertido en una de las más prometedoras, aunque su crecimiento se haya frenado por no conseguir entrar en la puja de las “grandes”: Vallehermoso y Metrovacesa.
Lo mismo le ha ocurrido a la inmobiliaria de La Caixa, Colonial, presidida por Juan José Brugera, que se ha quedado en varias ocasiones “compuesta y sin novio” cuando ha intentado entrar en competición para crecer fusionándose con otras más históricas y de mayor tamaño.
Mientras, Rafael Santamaría, presidente de Reyal, juega sin problemas con un pie en Madrid, donde gobierna el Partido Popular, y otro en Guadalajara, donde lo hace el socialista José Bono, un posible ministrable del nuevo Ejecutivo.