Javier García Renedo
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El pasado domingo 14 de marzo la sociedad española volvió a dar una prueba más de madurez y sabiduría al entender el mensaje que la nueva situación demandaba para los próximos años. Igual que el 15-J del año 1977 se apostó por la democracia y la modernización del país; de la misma manera que en 1982, una gran mayoría se decidió por el cambio, ahora se ha optado por una etapa de avance y progreso, basado en un talante de diálogo y entendimiento.
Es igualmente ejemplar la mesura de los triunfadores y la aceptación del resultado de los que dejan el poder para anunciar una leal oposición. Es la mejor expresión de la nueva sociedad española, que ha experimentado una transformación sin precedentes en los últimos 25 años, un proceso que ha permitido la evolución de nuestro país en un escenario de progreso y bienestar para acercarnos a la realidad de los países más avanzados de Europa y que nos sitúa en el entorno de los mercados más potentes y desarrollados.
Este cambio es paralelo a otras muchas transformaciones en todos los campos. Un esquema que también vemos a través del mundo de los centros comerciales, al crear un comercio eficiente que da respuesta a los consumidores, favorece la evolución económica del país y crea empleo.
Los centros comerciales son el espacio de convivencia, el lugar de encuentro al que los habitantes de las ciudades acuden, cada vez con mayor frecuencia, para satisfacer sus necesidades de consumo y ocio. Suponen una nueva alternativa de éxito que ha sabido adaptarse a las crecientes necesidades y exigencias de la vida de hoy.
Los centros comerciales constituyen la respuesta inteligente y agradable, la fórmula basada en la calidad dirigida a un consumidor que ha cambiado sus modos y pautas de comportamiento, no sólo a la hora de comprar, sino también de satisfacer otras inquietudes de ocio y vida social.
En torno a los centros comerciales surgen nuevos proyectos que integran nuevos planes de construcción de viviendas, hoteles, residencias de la tercera edad, centros culturales y deportivos y parques empresariales.
La mezcla comercial de los centros comerciales adopta un formato cada vez más depurado e integrador en el que la calidad de las tiendas de moda sobresale, a la vez que los cines mantienen un desarrollo destacado, en un marco general en el que los centros comerciales ofrecen a los ciudadanos el concepto más moderno y vanguardista, con gran capacidad de rápida adaptación a las nuevas tendencias sociales.
El fenómeno de los centros comerciales siempre ha sido en paralelo al del cambio en España. No cabe otro mensaje que seguir apostando por la modernización y la adaptación a la nueva sociedad. Es lo que hacen los centros comerciales y, por ello, triunfan.