Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Los mercados de renta variable estadounidenses fueron los que peor comportamiento mostraron, debido a las malas noticias que los inversores recibieron, tanto del lado empresarial, como del macroeconómico. El dato de paro fue el primer varapalo, al crearse tan sólo una sexta parte de los puestos de trabajo esperados, 21.000 frente a 130.000, lo que mantiene la tasa de desempleo en el 5,6%.
Tras las decepcionantes cifras de empleo, los inversores confiaban en recibir buenas noticias del lado empresarial, pero las tecnológicas terminaron por arruinar de manera definitiva las pocas ganas de comprar que para entonces quedaban en el mercado.
El Dow Jones finalizó la semana (del 1 al 8 de marzo) situado en los 10.529,48 puntos, tras ceder un 1,39%. Con ésta, son dos de las tres últimas, las semanas que el índice neoyorquino ha finalizado en números rojos, lo que denota cierto cansancio en el mercado. El S&P 500, por su parte, terminó perdiendo algo más de un 0,75%, con lo que el índice se sitúa en los 1.147,20 puntos. Esta caída parece dejar claro que los inversores norteamericanos no piensan apostar de manera definitiva por la renta variable, hasta que los números no empiecen a salir de una vez por todas.