Martin McGuire
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El estrés entre profesionales se está convirtiendo en una enfermedad cotidiana y las empresas buscan soluciones. Pero la realidad es que la mayor parte de los españoles pasa en la oficina muchas más horas que en el propio domicilio. En concreto, según el Instituto Nacional de Estadística, cada trabajador realizó en 2000 una jornada de 1.595 horas, más 14.4 horas extraordinarias.
Esto quiere decir que cada empleado realizó cerca de 90 horas más de las que, según la jornada laboral de 40 horas semanales, le corresponden.
Desde hace dos décadas se ha hablado de la ergonomía en la oficina, ahora es el momento de hablar de la ergonomía del entorno. En Estados Unidos los parques empresariales son mucho más que una oficina, son una experiencia de trabajo, en Europa la moda ya ha llegado y en España es aún incipiente. En esta nueva ergonomía, la oficina y su entorno se convierten en una extensión del hogar, en igualdad de influencia sobre el nivel de estrés de los empleados, su estado de ánimo y su efectividad, porque el lugar de trabajo en su conjunto influye en la productividad de la empresa, por lo que éstas deben cuidar el ambiente que ofrecen a sus empleados. Son muchos los estudios que ponen de manifiesto la estrecha relación entre un agradable entorno laboral y la óptima productividad de los empleados. De ahí que las tendencias apunten a oficinas más humanas y personalizadas.
Si observamos los últimos parques empresariales en España, comprobamos una marcada tendencia hacia proyectos inmobiliarios concebidos como urbanizaciones residenciales. Siguiendo los ejemplos que se ven en Europa y América, las empresas españolas están cada día más preocupadas por ofrecer calidad de vida en el trabajo y cuidar, atraer y retener así capital humano, su valor principal.
Cuando una empresa realiza el planeamiento de las oficinas ya no sólo debe tener en cuenta los costes o la conveniencia para sus ejecutivos, sino también las comodidades que ofrecen a sus empleados. Esta nueva filosofía busca convertir el puesto de trabajo en un lugar que mantenga un aspecto distendido, donde los trabajadores sientan que el entorno, y por lo tanto la empresa, les ofrece una experiencia de trabajo. Dentro de esta tendencia han surgido con fuerza los parques empresariales en los alrededores de las ciudades. En Madrid tenemos claros referentes, como el Campo de las Naciones, la nueva Ciudad de las Comunicaciones y la Ciudad Financiera, ambas en proyecto, o el Parque Empresarial Las Mercedes junto al aeropuerto, que se encuentra en avanzada construcción.
Mientras que hace dos décadas un centro de negocios en las afueras de la ciudad era sinónimo de polígono industrial poblado de fábricas y, en ocasiones, deteriorado por el paso del tiempo; desde hace unos años, y cubriendo la demanda de empresas que han viajado a Estados Unidos y comprueban la efectividad de esta nueva tendencia, la realidad es completamente diferente. Los polígonos industriales se modernizan y muchos se sustituyen por parques empresariales con una apariencia muy similar a las zonas residenciales. Los edificios han dejado de ser grises e incómodos y pasan a estar rodeados de zonas verdes, espacios abiertos, y grandes ventanales por los que entra luz natural. La ergonomía del entorno incluye, además, un componente esencial, y es la proximidad de los servicios dentro del complejo del parque empresarial. Así, a los habituales restaurantes se suman ahora gimnasios, guarderías, bancos y jardines y fuentes.
En definitiva, aunque el hogar sigue siendo el hogar, las oficinas de hoy en día y, más las que se construirán en el futuro, se proyectarán para que el trabajador se encuentre como en su casa.